La Justicia
Si numerosas y graves son, como es sabido, las disputas en torno al concepto del Derecho, todavía mayores son las dudas y los disensos que suscita el concepto de justicia pues en ocasiones es tomado como sinónimo o equipolente del primero, y otras, en cambio, como distinto y superior a él. Bajo cierto aspecto, se hace consistir la justicia en la conformidad con una ley; más, por otra parte, se afirma también que la ley debe ser conforme a justicia2.
Lo que en cierto sentido se toma como criterio de lo justo y de lo injusto3 puede ser, a su vez –desde que aparezca cual mero hecho de orden empírico–, sometido a un juicio de esta última especie; e igualmente se postula, en el nombre mismo de la justicia, un criterio ideal más alto que trasciende todas las determinaciones jurídicas positivas y debe tener su fundamento en otro lugar. De ahí la necesidad de una investigación que nuestra conciencia no puede eludir y constituye el tema supremo de la filosofía del derecho.
En las más antiguas fases del pensamiento, la justicia pare-ce ser concebida solamente en el sentido genérico de correspondencia con algo preestablecido; y tal concepción, lejos de desaparecer, ha subsistido aun cuando, con el trascurso del tiempo, haya ido delineándose la noción más precisa y específica de la justicia como criterio de correlación entre varios sujetos. En esta materia, las diversas doctrinas o concepciones coexisten, a menudo mal definidas y en parte confusas, de manera que no siempre es fácil discernirlas rigurosamente según un orden sistemático.
GIORGIO DEL VECCHIO «