Valorización jurídica obras arte
Analiza la puesta en valor de las obras de arte y sobre todo, la democratización y acceso a la cultura por parte de todos. Valorizar es poner en valor. Sea desde instancias públicas, lo sea desde el interés privado.
- ¿Es rentable la compra de obras de arte por parte de los poderes públicos?
- ¿Qué entendemos en verdad por patrimonio cultural?
- ¿Debe el Estado o los poderes públicos suplir la inactividad, aunque la misma sea parcial, de la iniciativa privada en el desarrollo de la cultura?
Abel B. Veiga Copo es Profesor Ordinario de Derecho Mercantil Universidad Pontificia Comillas de Madrid
Destinado a prácticos del derecho, profesores universitarios, museos, coleccionistas, galerista, mercado del arte, economistas, abogados, asesorías jurídicas, empresas, auditoras, jueces y magistrados
Extracto:
¿Cuánto cuesta al Estado poner en valor el arte, la cultura y patrimonio cultural en todas y cada una de sus manifestaciones, haciéndola accesible y visible al ciudadano y promoviendo el desarrollo de la cultura?, ¿cuál es el valor del patrimonio cultural?, ¿cómo conciben los poderes públicos el arte, los bienes patrimonio-histórico culturales? ¿son públicos intrínsecamente o debe ser neutro el Estado cuando rozan los derechos de propiedad privada sobre esos bienes? No cabe la menor duda que vivimos un tiempo de fuerte democratización de la cultura, al menos entendida la misma como un derecho de acceso por parte de todos al arte, al patrimonio, lo que implica de suyo, un hacer, un mandato constitucional a los poderes públicos para que la misma sea una realidad. Otra cuestión será valorar justa y equitativamente esta dimensión.
¿Qué entendemos en verdad por patrimonio cultural?, o desde otro vértice, ¿qué entendemos por cultura?, ¿quid por una obra de arte frente a un objeto cultural?, ¿son lo mismo o significan por igual los términos cultura y arte? O ¿acaso no existe en verdad una visión elitista de la cultura? En último caso un interrogante es claro, ¿de quién y para quién es la cultura? ¿Quién posee o puede poseer el arte y la cultura y quién tiene derecho y debe disfrutarlo? ¿Es rentable la compra de obras de arte por parte de los poderes públicos?
¿Hablamos de democracia cultural o de desarrollo cultural a cargo de los poderes públicos? ¿Y la economía cultural?, ¿acaso no es una tarea o un ámbito donde han de estar implicados tanto actores públicos como privados o particulares?, ¿debe el Estado o los poderes públicossuplir la inactividad, aunque la misma sea parcial, de la iniciativa privada en el desarrollo de la cultura?, ¿o debemos transitar hacia una cooperación no conflictual y sí eficiente y racional económicamente en la tutela y promoción del arte y la cultura con los entes o personas privadas.