El supuesto Memorial del Conde de Aranda sobre la independencia de América, obra de investigación profunda y, al mismo tiempo, clara y amena de José Antonio Escudero, recoge las propuestas al rey Carlos III atribuidas al embajador Aranda sobre el gobierno de América, y que trata no sólo de esas propuestas o de su idoneidad, sino que cuestiona la autenticidad del documento mismo. En su primera edición, el libro había sido publicado en México en 2014 por la Universidad Nacional Autónoma y su Instituto de Investigaciones Jurídicas, y en esta segunda, con el acuerdo de esas prestigiosas instituciones académicas, aparece en España ahora, en 2020, editado por la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado.
Existía un consenso dominante sobre el hecho de que el célebre político aragonés, con motivo del apoyo prestado por España a la independencia de Estados Unidos reconocida en el Tratado de Versalles de 3 de septiembre 1783, que él mismo gestionó como embajador en París, y previendo la imposibilidad de mantener en el futuro los territorios españoles de ultramar, había presentado al rey Carlos III un Memorial o Dictamen secreto sugiriendo renunciar al dominio directo sobre América, excepto Cuba y Puerto Rico, y constituir tres monarquías en México, Perú y Costa Firme, asociadas a España, cuyo rey se convertiría en emperador. Este documento, conocido por unas copias fechadas en el mismo año 1783, se refería así al citado Tratado de Versalles, reconociendo que le había dejado un sentimiento penoso y que la independencia de las colonias inglesas eran para él motivo de dolor y temor. Y ello porque daba por seguro el futuro engrandecimiento de los Estados Unidos y la consiguiente amenaza del nuevo Estado a las posesiones españolas en América.
El Memorial del Conde de Aranda ha sido presentado siempre como un ejemplo paradigmático de perspicacia política y visión de futuro.
Sin embargo, y pese al consenso abrumador, algunas tímidas críticas habían puesto en entredicho a lo largo de años que Aranda pudiera ser autor del texto. El primero en negarlo fue en el siglo XIX el español Antonio Ferrer del Río, a quien principalmente siguieron en el XX el alemán Richard Konetzke, biógrafo de Aranda, y el norteamericano Arthur P. Whitaker, coincidentes ambos en que el Memorial habría sido fruto de una falsificación hecha u ordenada por Godoy.
A este apasionante debate, la obra arroja luz y propone unas conclusiones basadas en los estudios desarrollados por el autor en los últimos años.