El 2 de marzo de 1953 el camarada Josef Stalin sufre un repentino ataque cerebral tras leer una breve nota de la solista María Yudina. Los miembros del Partido Comunista de la Unión Soviética se reúnen en comité, pero las resoluciones se demoran y la ayuda médica llega tarde.
Dos días después se hace pública la muerte del “Padre de los Pueblos” y, mientras el partido se debate en busca de un sucesor, Vassili, su hijo, intenta destapar una conspiración organizada contra su padre. Es entonces cuando las pompas fúnebres se convierten en un juego estratégico de acusaciones internas y traiciones al Partido, una lucha entre la asunción del poder y la pura supervivencia.
El guionista de Érase una vez en Francia, Fabien Nury, y el dibujante Thierry Robin se acercan con éxito a uno de los capítulos clave de la historia de la Unión Soviética con una verdadera lección de cómic, mezclando una soberbia documentación histórica con escenas de una gran intensidad narrativa.