El título de este libro, Más allá de la justicia, resume tanto el tema del libro como el punto de vista desde el que va a desarrollarse. El objeto en él estudiado es la justicia. La expresión «más allá» alude a tres aspectos diferentes, aunque ligados entre sí, de mi planteamiento. En primer lugar, presento una metacrítica de las teorías tradicionales y modernas sobre la justicia. En segundo lugar, afirmo que todos los alegatos en favor de la justicia están arraigados en otros valores distintos a esta, a saber: en los valores de la libertad y la vida. En tercer lugar, pretendo demostrar que aunque la justicia es la condición previa de la vida buena, la propia vida buena está más allá de la justicia.
El libro se compone de dos capítulos analíticos, dos capítulos históricos y dos capítulos que abordan la fundamentación normativa de la justicia. Los capítulos analíticos aclaran el significado del concepto de «justicia» y analizan el uso que hacen de este concepto los agentes de los conflictos sociales y políticos. Los capítulos históricos contienen una metacrítica de los conceptos filosóficos de la justicia, antiguos y modernos. Los dos últimos capítulos, que ensayan la fundamentación normativa de la justicia en el mundo actual, formulan una propuesta de síntesis de los enfoques formalistas y sustantivos. Los capítulos analíticos, históricos y normativos exigían diferentes estilos de argumentación, pero ninguno de ellos es más importante que los demás por lo que se refiere al mensaje global de la obra.
En las etapas premodernas de la filosofía política, no estaban diferenciadas la filosofía social y la filosofía moral; en la actualidad, sí lo están. El problema de la justicia se encuentra en la misma encrucijada de estas tres disciplinas. El valor y la virtud de la justicia desempeñan un papel igualmente central en cada una de ellas. Al abordar este problema no pretendo escribir, sin embargo, de filosofía política, filosofía social o filosofía moral. Mi propósito es precisamente arrojar luz sobre el núcleo de su intersección. Esto no constituye una excusa, dada la decisiva importancia de la justicia en todos los asuntos humanos.