La necesidad de una renovación en toda nuestra legislación civil proviene de múltiples circunstancias, las cuales, lejos de pugnar entre sí, se unen armónicamente, porque todas dependen de un hecho, que es el de haber cambiado las condiciones sociales y el estar sufriendo los estudios una gran modificación.
Muchos cultivadores de disciplinas que al parecer no tienen vínculo entre sí convienen en decir que nuestro derecho civil no responde a las aspiraciones de la ciencia moderna. Pero si consideramos más atentamente estas diversas disciplinas, que se dan la mano para combatir contra la legislación vigente, vemos que todas se reducen al estudio positivo del hombre y de la sociedad. Tal sucede con la filosofía del derecho, la antropología, la patología mental, la sociología, la legislación comparada y la jurisprudencia etnológica.