El movimiento transhumanista es mucho más que una mera utopía, una nueva corriente de pensamiento o una ideología de moda; en realidad, se trata de un proyecto científico-filosófico que ya está en marcha y que defiende el uso de las tecnologías emergentes más avanzadas -desde la biogenética, la informática, la nanotecnología y las ciencias cognitivas hasta la robótica y la Inteligencia Artificial- con el firme propósito de aumentar exponencialmente las capacidades físicas, cognitivas, sensoriales, morales y emocionales de los seres humanos. El transhumanismo supone un cambio del paradigma antropocéntrico defendido por el humanismo, y pretende desbordar los límites de la naturaleza que hasta hace poco considerábamos insuperables para crear una nueva especie más evolucionada que la del Homo sapiens: el Homo excelsior, una especie posthumana superior a la nuestra, formada por seres superdotados que han sido seleccionados, diseñados y mejorados genéticamente que -de acuerdo con el imaginario transhumanista- dominarán el futuro posthumano y serán más felices, virtuosos, longevos e inteligentes que nosotros.
En ese hipotético mundo feliz del mañana, controlado por la tecnociencia y construido sobre los pilares de la revolución transhumanista, convivirán los humanos (exclusivos, vulnerables y defectuosos), los posthumanos (genéricos, infalibles y perfectos) y los ciborgs (seres cuyo origen es humano pero que se han fusionado con máquinas). Sin duda sería este un horizonte crepuscular para la especie humana, relegada a una situación de postración y servidumbre por su inferioridad física e intelectual frente a las otras dos especies de transhumanos y hombres-robots.
El presente libro propone el humanismo tecnológico como fórmula intermedia en el debate doctrinal entre iusfilósofos bioprogresistas y bioconservadores, de tal forma que sea posible el desarrollo de la investigación científica y el avance de las nuevas tecnologías, aunque nunca a costa del sacrificio de la dignidad y la libertad que son cualidades inherentes al ser humano (que debe ser concebido, en términos kantianos, como un fin en sí mismo).