Gibraltar. La colonia, la presencia británica en territorio español, uno de los más fiables indicadores de la auténtica dimensión de España en el contexto internacional. Sin que podamos remediarlo, su nombre evoca situaciones y soluciones de otros tiempos a un conflicto de intereses entre potencias, en un punto de la geografía peninsular cuya importancia estratégica se ha valorado con mayor prontitud y decisión desde el extranjero antes que por su legítimo gobierno.
Frontera del mundo clásico, escenario de leyendas y batallas, encrucijada de continentes y mares, el Peñón ya constituía un referente geopolítico antes que la invasión musulmana le dejara su impronta nominativa. Para bien y para mal, la bahía que se extiende a sus pies ha sido la gran puerta de entrada desde África hacia Europa y viceversa. Aventureros y científicos, piratas y corsarios, flotas pesqueras y escuadras de combate, han diseminado su presencia sobre el entorno gibraltareño para entrelazar los albores de la Humanidad con el mundo actual, el pasado con el presente, la causa y el efecto.