La película de El exorcista (1973) sigue siendo hoy un filme de plena actualidad con seguidores en todo el mundo. En ella se muestra la lucha del hombre, junto a Dios, y contra las fuerzas del mal, representadas en los demonios, que a través del rito de exorcismo son expulsados y vencidos.
Sin embargo, en El exorcista encontramos mucho más. A nuestro juicio, no se trata sólo de la historia de terror de una joven poseída por el demonio, mientras que su madre intenta desesperadamente salvarla con la ayuda de dos sacerdotes a través de un exorcismo (lo que ya sería suficiente), sino que además se esconden en diferentes y sucesivas capas la eterna batalla entre el bien y el mal y la verdadera naturaleza de la fe, seguida de otra capa en la que se hace referencia justamente a esa fe y su relación con la ciencia; mientras que una sucesiva capa es la relacionada con la posición de la mujer en la sociedad, toda vez que las dos mujeres más importantes de la obra, esto es, Chris y Regan, aparecen como personas frágiles, tanto desde el punto de vista físico como desde el plano psicológico. En definitiva, tres luchas tan viejas como la humanidad y tan presentes como el propio ser humano.
Esperamos motivar en el lector el interés por que se aproxime no sólo a ver la película, sino también a leer el libro de homólogo título (1971). Un libro que -en palabras de su propio autor- busca más que el terror, ser «una parábola del cristianismo, de la eterna lucha entre el bien y el mal; una historia de amor y sacrificio por salvar un alma».