En esta obra se pretende destacar el papel desempeñado por el Archivo Histórico Nacional en el desarrollo de los estudios medievales en España que tendrá lugar durante la segunda mitad del siglo xix y la primera del xx, al igual que sucedió en el resto de los países de nuestro entorno. En este centro se fueron concentrando una gran cantidad de fondos documentales medievales que lo han convertido en uno de los principales archivos españoles para el estudio de esta época.
El medievalismo como especialidad historiográfica surgirá en la Escuela Superior de Diplomática creada en 1856, institución donde se enseñarán las ciencias auxiliares de la Historia consagradas especialmente a este periodo. Será, por tanto, aquí donde tendrá lugar la primera institucionalización del estudio de la Edad Media, enseñanzas que pasarían en su mayoría a la universidad tras la supresión de aquella en 1900. Allí se formaron los primeros archiveros profesionales, muchos de los cuales se convertirán en los primeros medievalistas, como los que trabajaron en el Archivo Histórico Nacional estudiados en esta obra.
Un papel destacado desempeñaron, igualmente, otras instituciones en el desarrollo de los estudios medievales en España, tales como la Real Academia de la Historia, el Centro de Estudios Históricos y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Con todas ellas mantendría estrechas relaciones el Archivo Histórico Nacional, cuyos archiveros colaborarán y se formarán en ellas.