El segundo volumen de los Cuentos completos reúne treinta y cuatro relatos escritos en su exilio mexicano. Once de ellos permanecían inéditos hasta esta edición.
Luisa Carnés Caballero (Madrid, 1905-Ciudad de México, 1964) fue una destacada escritora y periodista perteneciente al grupo de narradores sociales integrantes de la otra generación del 27. El reconocimiento alcanzado por la calidad literaria de sus primeras novelas–Natacha (1930), Tea Rooms (1934)–no impidió que, junto a otros escritores del exilio republicano de 1939, padeciese un inmerecido olvido al término de la Guerra Civil. Los dos volúmenes de sus Cuentos completos, recopilados ahora por vez primera, dan a conocer una parte fundamental de su obra, dispersa hasta la fecha en periódicos y revistas españoles y mexicanos. Donde brotó el laurel, volumen segundo de sus Cuentos completos, reúne treinta y cuatro relatos escritos en su exilio mexicano, entre 1940 y 1964.
Once de ellos permanecían inéditos hasta esta edición. Las narraciones que aquí se presentan amplían considerablemente la lectura de la producción de Luisa Carnés.
Luisa Carnés Caballero (Madrid, 1905-Ciudad de México, 1964) representa un ejemplo atípico de precocidad en la literatura española de la década de 1920 dada su escasa formación y su condición autodidacta. A los dieciocho años comenzó a escribir cuentos, y antes de 1936 ya había publicado tres obras: Peregrinos de calvario (1928), Natacha (1930) y Tea Rooms (1934). Desde 1930 compaginó literatura y periodismo, colaborando en revistas y periódicos, como Crónica, Estampa, La Linterna, As, Ahora, Mundo Obrero y Frente Rojo. Críticos e investigadores la sitúan dentro de la narrativa social de preguerra o como integrante de los llamados «prosistas del 27». Desde 1934 y al igual que otros muchos escritores españoles de su generación, Carnés mostró un creciente interés por los temas sociales, que plasmó en su obra escrita. Su posición en defensa de la mujer, de la causa de los trabajadores y de la legalidad republicana, que reafirmaría durante la Guerra Civil, perduró en el exilio mexicano, y así consta en sus trabajos periodísticos y literarios. Sin renunciar al compromiso, Carnés firmó una obra de enorme valor testimonial y prosístico.