Cuando se trata del delito fiscal, el Derecho penal y el Derecho tributario van de la mano, todavía más, se produce una suerte de «simbiosis» entre ambos que queda claramente reflejada en las sabias reflexiones vertidas en los trabajos que integran este libro, los cuales han sido distribuidos en dos partes que marcan de algún modo la línea divisoria entre las dos materias. Se consigue con ello dos efectos: por un lado, ofrecer una visión conjunta y, por otro, reunir a algunos de los mejores especialistas en este ámbito de estudio.
Desde la perspectiva dogmática se puede decir que subsisten en buena parte los problemas clásicos en torno al tipo de delito en función del sujeto activo o el bien jurídico protegido y que estos han de tomarse como marco de discusión para afrontar otros diferentes que ocupan en este momento el primer plano en la discusión. No menos controvertidas son las dudas que plantea el delito fiscal desde la óptica político-criminal, también aquí con una doble dimensión, si se quiere, clásica y moderna.
Por último, la obra da cuenta asimismo de otra de las preocupaciones esenciales de la doctrina, cual es el respeto a las garantías constitucionales de carácter penal y procesal, que sin duda se pueden ver comprometidas, entre otros motivos, como consecuencia del cambio radical en la regulación relativa al «tanto de culpa» en los supuestos de delitos contra la Hacienda Pública. Todo ello pone de manifiesto el necesario diálogo que debe producirse entre penalistas y tributaristas, el cual se vuelve aún más evidente si cabe cuando se desciende al tratamiento de aspectos como el propio procedimiento recaudatorio o la transformación de la deuda tributaria en responsabilidad civil ex delicto.