Las edades de la vida y la pregunta por el sentido. Hombre, anciano
Del presente es grata la actividad; del futuro, la esperanza; y lo más grato el resultado de la actividad, y lo más amable.
Todos tienen más cariño a lo que se logra con trabajo. Recibir no es penoso, pero cuesta trabajo hacer el bien.
Los progenitores aman a sus hijos como algo de ellos mismos, y conocen a quienes han nacido de ellos mejor que sus criaturas saben de quién proceden;
se estrecha más el vínculo del que ha dado que el vínculo de quien ha recibido.
Lo que procede de nosotros está más cerca de nuestra sustancia, y así los padres quieren a sus hijos desde que nacen,
y éstos a los padres sólo después de cierto tiempo. Los padres quieren a sus hijos como a sí mismos, ya que vienen a ser como otros .
Los padres sienten que en el hijo hay más de lo que ellos han puesto, que es un bien confiado a ellos, un don de la vida que no lo cambiarían por el mundo entero.
Mirando cara a cara a tu hijo estarías seguro de haberle dado la existencia? No tendrías por ello un sentimiento de pudor, de inseguridad, de temor?
La vida se revive en los hijos, se empieza casi a comprender por primera vez la propia vid