1ª edición, Mayo 2008
Editorial COMARES
SINOPSIS
La historia del libro que el lector tiene ahora en sus manos es la historia de una tesis doctoral, de la que tuve la fortuna de ser su director.Su gestación comenzó a finales de los noventa del siglo ya pasado, después de que su autora, la entonces licenciada Helena Villarejo, hubiera concluido con éxito sus cursos de doctorado y realizado una tesina cuya calidad la hizo merecedora de ser publicada en 1999 por al misma editorial que ahora publica esta obra.
La amplitud y profundidad con que fue abordado el tema de la tesina -el régimen jurídico de los horarios comerciales- impedía seguir trabajando sobre el mismo objeto y exigía buscar uno nuevo. Al enfrentarse, pues, nuevamente, al reto de la elección del objeto de estudio para la tesis doctoral, siguiendo la estela de ese primer trabajo, fue natural desembocar en otro polémico aspecto de la regulación del comercio interior: el régimen de apertura de los grandes establecimientos comerciales.
En su día la elección del tema estaba justificada, entre otras razones, por su novedad. La Ley de Ordenación del Comercio Minorista (LOCM) había establecido en 1996 la obligatoriedad de obtener una licencia comercial de carácter autonómico para la apertura de las grandes superficies. Aunque ésta era una práctica habitual desde unos años atrás en algunas Comunidades Autónomas, lo cierto es que la doctrina administrativa no le había prestado especial atención. El Tribunal Constitucional, en cambio, ya en 1993, había tenido ocasión de pronunciarse sobre la constitucionalidad de ciertas normas autonómicas. Tan escaso era el interés que suscitaba en la doctrina como exigua la preocupación mostrada por los legisladores autonómicos en el momento en que se iniciaba este trabajo.
Sin embargo, pronto cambiarían las circunstancias. A la relativa soledad inicial, le sucedió muy pronto una multitud de artículos y monografías, una maraña de normas autonómicas y una mirada de sentencias que se amontonaban sobre el escritorio de la autora. En estos últimos años, los legisladores de todas las Comunidades Autónomas, imbuidos de un frenesí legislativo, que se ha visto incrementado con el tiempo, han aprobado leyes y reglamentos sin cesar, en ésta y en otras tantas materias, en un proceso de alocada «motorización legislativa», sobre el que ya advirtiera Carl Schmitt hace casi cien años.
