Marginación Estado Social y Prestaciones Autonómicas
Ante el nuevo milenio los problemas sociales y constitucionales han adquirido una nueva dimensión. La crisis económica de los años 70, la ofensiva neoliberal de los años 80 y la hegemonía del pensamiento único de los años 90 se han dado en un contexto en el que al globalización y el postfordismo obligan a replantear el problema de al ciudadanía social.
Para comprender esta transición es conveniente realizar inicialmente un contraste entre el significado jurídico, normatividad y afectividad de los derechos sociales y la puesta en cuestión de los mismos por la crisis del Estado Social. Desde estas premisas se aborda una de las consecuencias más significativas de esta crisis: su repercusión territorial y la nueva función que asumen los poderes autonómicos.
En el escenario de un Estado acosado territorialmente, ya no cae confiar en el pleno empleo y en sistema público de la Seguridad Social como sistema de bienestar. Por ello, las Comunidades Autónomos asumen las nuevas cuestiones de la relación público-privado, cohesión social y marginalidad, lo que se traduce jurídicamente en el voluntariado, los servicios sociales y la renta mínima de inserción.
Estos problemas abren, pues, nuevos interrogantes sobre el futuro del Estado asistencial, los riesgos de una ciudadanía dual y la contradicción entre globalización y protección social.
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