Cada vez es más común que las empresas tengan que hacer frente a situaciones en las que un trabajador presenta algún tipo de limitación de carácter psicofísico que le impide desempeñar su trabajo en condiciones óptimas de seguridad y/o rendimiento.
Se trataría de trabajadores que por razón de su edad, de una característica física o psicológica, de un estado transitorio, o por circunstancias sobrevenidas, sufren una reducción o pérdida de capacidad y no pueden realizar la prestación de trabajo en las mismas condiciones anteriores o que sus compañeros.
La situación de estos trabajadores en la empresa plantea una problemática complicada de gestionar tanto desde un punto de vista jurídico como de gestión de recursos humanos. El principal núcleo de cuestiones gira en torno a si estos trabajadores tienen derecho a que el empresario adopte las medidas necesarias para facilitar su continuidad en la empresa y bajo qué condiciones se puede exigir, y en último extremo, qué ocurre cuando no es posible la adopción por el empresario o éste se niega a implementar dichas medidas.