Edición, Abril 2009
Editorial UNIÓN
SINOPSIS
Prafacio de Dario Antiseri. Al contrario que los colectivistas (positivistas, marxistas, estructuralistas, racionalistas constructivistas, etc.), el individualista metodológico no atribuye sustancia independiente de los individuos a conceptos colectivos (como ‘sociedad’, ‘patria’, ‘clase social’, ‘revolución’…).
El individualista metodológico no reifica los conceptos colectivos, y esto porque sólo el individuo existe, sólo el individuo razona, sólo el individuo actúa. Aquí radica el núcleo esencial del individualismo metodológico.
Pero advierte Hayek en este importante ensayo- es necesario y urgente distinguir entre individualismo verdadero e individualismo falso. Mientras que el individualismo falso (hijo de una ‘irracional era de la Razón’) concibe todas las instituciones y todos los acontecimientos sociales, en su génesis y en sus cambios, como resultado de proyectos intencionados, el individualismo verdadero sabe que la mayoría de las instituciones de mayor importancia como el lenguaje, el dinero, el derecho, el Estado son fruto no intencionado de acciones humanas encaminadas a otros fines.
El individualista verdadero es consciente de los límites de la razón humana, sabe que, además de falibles, también somos ignorantes y que el conocimiento está disperso entre millones y millones de hombres, ve un nexo esencial entre ignorancia y libertad, no identifica su individualismo ni con el anarquismo ni con el egoísmo, el individualismo verdadero es fundamento de la vida social, de la democracia, de la familia y demás formaciones intermedias, negación de los privilegios.
Y si el individualismo falso es producto de una exagerada confianza en los productos de la razón individual, que de una u otra forma acaba en colectivismo, ‘La actitud fundamental del individualismo verdadero es una actitud de humildad ante el proceso por el que el género humano ha alcanzado cosas que no fueron comprendidas o planificadas por ningún individuo’.