El autor de este libro, que había publicado, en 2002, en la Serie
Cuadernos de Editorial Civitas, el que tituló así: El acoso psíquico
en el trabajo (El alma, bien jurídico a proteger), vuelve ahora
sobre el tema con este otro que es distinto, no sólo porque el
foco de su interés lo centra ahora en la Administración Pública,
sino porque en él se dedica un amplio espacio a desarrollar el
problema de la dignidad del hombre como bien jurídico lesionado
por el acoso.
A ello le ha movido la lectura del discurso de
ingreso del importante jurista catalán Gay Montalvo en la Académia
de Jurisprudencia y Legislació de Catalunya, en 22 de
mayo de 2008, discurso publicado, no por dicha Academia, sino
por el Colegio de Abogados de Lucena en junio del mismo año.
Aparte de ello, en este nuevo libro se incorporan, por lo menos,
estas otras novedades: a) Análisis de la olvidada STS, Sala de
lo Civil, de 6 de noviembre de 1912, en la que, por primera vez,
se declara indemnizable el “daño moral”, b) Empleo científico
de la metáfora, como método in modo obliquo, para probar realidades
cuya existencia no puede demostrarse experimenta
mente, c) Recuperación de la idea de Foucault de que el objeto
de la severidad penal se ha desplazado, y ya no lo es el cuerpo
sino la alma, un “algo” que no es materia, d) Alertar a la gente
del foro sobre la utilidad del concepto tomista de analogía, y
sobre el catálogo, también tomista, de los sentidos del hombre,
los cuales no son cinco, ni doce, sino quince, e) Ofrecer a esa
misma clase de destinatarios el concepto de sentido común
que propuso Reid, portaestandarte de la escuela inglesa del
co mon sense, f) Incorporar al catálogo de tipos de acoso, el
ejercido por el sicofante, significante empleado con el significado
que se le daba en las comedias de Terencio en la traducción
anotada de las mismas hecha por Voltes Bou.