1ª Edición, 2012
Editorial Centro de Estudios Financieros
SINOPSIS
El fraude fiscal, como la economía sumergida, son conceptos que nos acompañan a diario y han sido tratados en los medios y en la literatura económica desde distintos puntos de vista, pero muy pocas veces este enfoque ha sido el de los procedimientos, el de cómo y cuáles son las técnicas para eludir el pago de impuestos, evadir patrimonios al fisco o blindar bienes frente a la Hacienda Pública, y muy especialmente el de cómo se saca sin riesgos el dinero de España con destino a los paraísos fiscales, o el de cómo se crean las entidades opacas en estos paraísos que garanticen el anonimato de los defraudadores, cuáles son sus administraciones y el coste de las mismas, cuáles los negocios más comunes de los defraudadores para residir en cualquier país del mundo sin tributar en ninguno de ellos o hacerlo con baja tributación.
En este libro se afronta la problemática del fraude siguiendo casos reales tanto de los delincuentes fiscales en España, los que defraudan más de 120.000 euros al año, como de los simples o no menos simples defraudadores a la Hacienda Pública, que, en contra de la opinión común, la defraudación no es cosa de mecanismos esotéricos, sofisticados brókeres y lujosos bufetes de abogados. La realidad de los no pocos casos que se desgranan en este libro pone de manifiesto que la defraudación es una práctica generalizada y que los grandes capitales están sindicados constituyendo lo que desgraciadamente conocemos como los mercados que, sin residir realmente en ninguno, son deseados en todos los países del mundo, mientras que la gran mayoría del fraude nacional utiliza burdas técnicas, cuando no verdaderas chapuzas de gestión, como algunas reales que están todos los días en la prensa, que solo tienen éxito en sociedades tan permisivas con el fraude como la nuestra, quizás porque no se ha explicado adecuadamente que una economía secularmente sumergida como la española, de más del 25 por 100 del PIB, supone que la Hacienda deja de percibir 46.000 millones de euros anuales que significa 1.800.000 puestos de trabajo en 10 años.
No hay mejor método para perpetuar los defectos sociales que hacerlos tabú ni más fácil resolución que someterlos al conocimiento común. Este es el fin perseguido, utilizando la metodología del caso.