La prisión de la libertad
Es el segundo libro de cuentos para adultos de Michael Ende, después de «El espejo en el espejo» (1984). Se compone de ocho historias y la fantasía es el hilo conductor de este viaje por tierras incógnitas. Fantasía que, a veces, parece salida del sueño más lírico y otras de la pesadilla más terrible.
Ende nació en 1929 en Garmisch-Partenkirchen, Alemania. Hijo del pintor surrealista Edgar Ende, desde niño tuvo siempre un contacto muy estrecho con la bohemia de Schwabing entre pintores, escritores y escultores: «… ya de pequeño aprendí todas las teorías (también aquellas que hoy en día todavía son revolucionarias) sobre el arte y la literatura…». Creció en una familia de pocos recursos económicos, pero que le transmitieron una rica visión de la realidad y una completa educación artística y humanística que le sirvió a Ende para recoger toda una cantidad de elementos fantásticos que formarán parte de su bagaje cultural y que utilizará inevitablemente en su obra. Ende creció con el nacionalsocialismo y padeció la tragedia de la guerra, experiencias que contribuyeron a afianzar el anhelo de belleza, humanidad y armonía que refleja en su mundo de fantasía. En 1940 decidió estudiar Humanidades. Cinco años después optó por el camino de actor. Tras unos años de trabajo inestable se instaló en Munich, donde escribe todo aquello que le puede dar dinero: monólogos, canciones, sketches, teatro que nadie quiso publicar… Cuando parecía que su situación económica estaba al límite Jim Botoón y los trece salvajes obtuvo el Premio al Libro Infantil Alemán. Era un texto «demasiado fantástico» en una época que se reivindicaba el realismo más absoluto. En 1974 Momo recibió de nuevo el Premio al Libro Infantil Alemán. Y fue definitivamente con La historia interminable con la que la crítica tuvo que rendirse a Michael Ende. La literatura realista ya tenía un lugar destacado y hacía justificarse al autor por la utilización de elementos tan fantasiosos y fantásticos, pero el éxito de público y finalmente la crítica reconoció su labor. Sus novelas fueron galardonadas con los premios más prestigiosos al tiempo que se convertían en un impresionante éxito editorial y servían de base para películas de gran aceptación popular. Ende murió a los 65 años, el 29 de agosto de 1995.