Tres nichos colindantes
El lector se preguntará con qué criterio se ha construido esta publicación con tres obras tan dispares; qué tipo de diálogo se establece entre ellas. La respuesta es «con ninguno relevante».
Tenía ganas o más bien necesidad de publicar un libro y tuve que rebuscar en el disco duro hasta encontrar un número de páginas de una calidad decente, que estableciesen una relación entre ellos aunque fuese de forma intuitiva, y que en su conjunto conformasen una extensión suficiente para que justificasen la configuración de un libro.
Este libro es como los nichos colindantes en un cementerio. Un difunto no puede elegir la identidad de los muertos de sus nichos vecinos; aquellos con los que ha de convivir —o «conmorir»— por toda la eternidad. Primero, porque nadie puede controlar el azar, y segundo, porque están muertos.