Un pié en el camino: recorridos, trayectos y paradas en la edad moderna.

Desde su origen el ser humano se ha trasladado de manera incesante, cruzando campos, bosques, selvas, mares, océanos, desiertos o montañas, sin existir causa que lo haya impedido totalmente, ya sean guerras, pobreza, falta de medios, hambrunas o pandemias. La Ç%poca Moderna fue uno de esos momentos en los que la necesidad y la voluntad del viaje se impusieron a todas las dificultades que lo podrían haber impedido. El viaje en los siglos de la modernidad posibilitó el nacimiento de instituciones políticas intercontinentales, el afianzamiento de relaciones económicas que implicaban cinco continentes o la configuración de actitudes hacia poblaciones que contactaban por primera vez. Junto a los viajes que dibujan las imágenes más populares del tema, como aquellos de los conquistadores y armadas de carácter militar, los de la flota de Indias o del galeón de Manila o las travesías de los navíos de empresas europeas llevando y trayendo productos por todo el globo, existía toda una densa red de trayectos más modestos por mar y tierra sin los cuales no se hubieran podido conformar los rasgos definitorios del mundo moderno, como la globalización.