Vivimos en un mundo donde el conocimiento tiende a especializarse. Las Ciencias tradicionales se han ido desgajando progresivamente ante la imposibilidad de dominar distintas ontologías desde una única perspectiva, viéndose obligadas a interrelacionarse, lo que, en no pocas ocasiones, difumina las fronteras entre distintas disciplinas y hace que distintos investigadores tiendan a proponer distintos conceptos y teorías en sus explicaciones del mundo que nos rodea. Esta situación ha tenido un importante impacto en el desarrollo de la ciencia en las últimas décadas con dos consecuencias principales. En primer lugar, una mayor confusión en lo que a conceptos se refiere. Distintas disciplinas usan términos con distintas acepciones lo que deriva en una profusión de teorías y aproximaciones que dificultan a los neófitos la comprensión profunda de las principales problemáticas relacionadas con una disciplina.
Del mismo modo, esta maraña de aproximaciones ha terminado por relegar a todo “lo que huela” a metodología y epistemología a un segundo plano. En definitiva, esta situación azuzada por tendencia a la inmediatez actual y superficialidad consecuente hacen que los alumnos que se enfrentan, en muchas ocasiones por primera vez, a una investigación en el marco de los estudios de seguridad y defensa se encuentren, en ocasiones, cuanto menos perdidos. Esta guía nace con el principal objetivo de pormenorizar y analizar los distintos pasos necesarios a la hora de realizar un trabajo de investigación desde los estudios de Seguridad y Defensa. Entendidos éstos, de forma amplia como un campo de estudio y englobando los estudios de terrorismo, de inteligencia, e incluso los estudios estratégicos.
Introducción: el porqué de este estudio
Vivimos en un mundo donde los conocimientos tienden a especializarse. Las ciencias tradicionales se han ido desgajando progresivamente ante la imposibilidad de dominar varias ontologías desde una única perspectiva, viéndose obligadas a interrelacionarse. Lo cual ha supuesto en no pocas ocasiones que las fronteras interdisciplinarias se difuminen y hace que cada investigador tienda a proponer diversos conceptos y teorías para explicar la realidad. Esta situación ha tenido un impacto sustancial en el desarrollo de la Ciencia en las últimas décadas, con dos consecuencias principales:
En primer lugar, una mayor confusión en lo que a conceptos se refiere. Cada disciplina usa términos con acepciones disímiles lo que deriva en una profusión de teorías y aproximaciones que dificultan a los neófitos la comprensión profunda de las principales problemáticas de cada disciplina. En segundo lugar, esta maraña de aproximaciones ha terminado por relegar a todo “lo que suena” a metodología y epistemología a un segundo plano. Esto no es algo nuevo, el maestro Severo Ochoa ya escribía en 1898: “En España, aún hoy en día, se fomenta y se promueve escasamente la investigación”1.
Esta situación heredada se ve azuzada, por una tendencia a la inmediatez que desemboca necesariamente en una creciente superficialidad en los análisis; lo cual, hace que los investigadores que se enfrentan por primera vez a una investigación, en el marco de los estudios de seguridad y defensa se encuentren, en ocasiones, perdidos y menos incentivados a encontrar esa “voluntad resuelta de crear algo original” a la que se refería Santiago Ramón y Cajal2.
Esta guía nace con el principal objetivo de pormenorizar y analizar los distintos pasos necesarios a la hora de realizar un trabajo de investigación en el ámbito de los estudios de seguridad y defensa. Entendidos éstos, de forma amplia, como un campo de estudio que engloba los estudios de terrorismo, de inteligencia e incluso los estudios estratégicos3. Esto no quiere decir que las estas áreas sean exclusivas de los estudios de seguridad y defensa. Nada más lejos de la realidad. Lo que planteamos es que todas estas áreas son susceptibles de ser estudiadas desde el campo de la seguridad y la defensa que a su vez puede ser abordado desde enfoques de distintas disciplinas al ser considerado un campo multidisciplinar.
Para ello, partimos de la premisa de que este tipo de estudios (los de seguridad y defensa), por ser multidisciplinares, pueden abordarse desde diversas disciplinas ya consolidadas. Concretamente, en este caso, usaremos como base disciplinaria las relaciones internacionales, disciplina autónoma, aunque relacionada con otras adyacentes como la ciencia política, la historia, la antropología, la geografía, la economía, la sociología o el derecho internacional público, entre otras4.
A pesar de la situación presentada anteriormente, hay que entender desde un principio que el método científico es único. Las metodologías, sin embargo, dependen y varían según cada disciplina5. En este sentido, desde la disciplina de las relaciones internacionales, surge la necesidad de desarrollar un documento que sirva de guía para la realización de trabajos de Final de Grado (TFG) o Final de Máster (TFM). Que guíe con bases epistemológicas sólidas al alumno, ahora convertido en investigador, con el fin de atajar algo que ya ha apuntado recientemente Jon Leonardo de la Universidad de Deusto en España, “la falta de consistencia, rigor epistemológico y corpus metodológico ha acompañado a la ingente producción científica en el ámbito de las ciencias sociales, cualquiera que sea su especialidad”6.
Bien es verdad que poco a poco se va revirtiendo esta situación y, en los últimos años, podemos ver interesantes esfuerzos por avanzar en el desarrollo de guías en el marco de la disciplina de las relaciones internacionales. En España, el más destacable es, hasta el momento el proyecto de innovación docente de 2018 realizado por el departamento de relaciones internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, “Guía para la elaboración del trabajo de fin de grado en relaciones internacionales”7.
Del mismo modo, somos conscientes de que no faltan diversos manuales generales sobre los procesos de investigación científica en ciencias sociales8. Sin embargo, no hemos podido encontrar referencias puntuales acreditadas y sólidas concernientes al campo de estudio de la seguridad y la defensa9. Consideramos, por tanto, este tema que nos disponemos a analizar como insuficientemente abordado pero necesario y central para el avance teórico de los estudios de seguridad y defensa en su conjunto. De ahí la razón de este texto, que no pretende ser un manual al uso sino una guía con pautas cortas, directas y prácticas, que ayuden a los cientos de investigadores que tienen que enfrentarse a trabajos de final de curso (de grado o de máster) desde los ámbitos relacionados con la seguridad y la defensa.
En definitiva, este texto se dirige a todas aquellas personas que se enfrentan a la ardua tarea de realizar un trabajo de investigación por primera vez. Presenta dos características principales. En primer lugar, el objetivo es que sea una obra breve que un investigador pueda abordar en su conjunto en un corto periodo de tiempo sin ser por ello menos rigurosa. En segundo lugar, y en relación con lo anterior, este texto tiene un carácter didáctico e introductorio cuyo objetivo principal será orientar de forma práctica y concisa en la realización de trabajos de final de Grado o Máster.
En esta línea, matizar que a pesar de que hemos tenido en cuenta el estado del arte de la historia de la ciencia o de la epistemología en ciencias sociales y lo abordamos superficialmente en el primer capítulo de esta obra, no hemos considerado necesario profundizar al respecto ya que sobre estas materias sí existen magníficos manuales generalistas que abordan a la perfección tanto el avance del conocimiento científico como la validez y los estudios teóricos de los caminos y métodos con los que adquirimos conocimiento.
Por el contrario, este trabajo pretende, como venimos apuntando, ser una guía breve, práctica y orientada a aquellos que deben de realizar una primera inmersión en la investigación social en el marco de los estudios de seguridad y defensa.
En términos generales, el objetivo de cualquier trabajo de final de grado y de máster en el Espacio Europeo de Educación Superior es demostrar, de forma clara y concisa, que se han adquirido, de manera integrada, las competencias y contenidos del título10. Asimismo, el trabajo debería estar orientado a demostrar el conocimiento personal asimilado de la materia elegida por el investigador que, en último término, se traduce generalmente en una exposición individual defendida ante un tribunal académico de evaluación.
De forma más concreta, la norma europea del Plan Bolonia es suficientemente amplia a fin de que pueda ser adaptada a las titulaciones específicas de cada Facultad o Centro de los Estados miembros. Concretamente, para las ciencias sociales se estipula que el Trabajo de Final de Grado es “un inicio a la investigación científica”. Este cometido en ocasiones, ha ido derivando en sintetizar, copiar y pegar textos sin ninguna originalidad creativa, lo que desvirtúa el proceso de producción académica basado en el rigor científico.
Cuando esto ocurre, el investigador se aleja del método científico y del tan importante proceso de verificación argumental para apoyarse en la especulación, dejando así la puerta abierta a las ideas preconcebidas y a la desinformación. En ocasiones parece que olvidamos que la ciencia no es simple opinión y que el objetivo último del trabajo académico es el progreso de la ciencia y la excelencia y no apuntalar ideas políticas e intereses particulares11.
De hecho, a la hora de evaluar un trabajo, como miembro del tribunal o a lo largo del proceso de tutorización, se puede distinguir claramente aquellos trabajos que sustentan sus argumentos con datos sólidos, de aquellos que se tropiezan con datos que realmente no necesitan. Un investigador riguroso pasa de recopilar y de copiar y pegar, a aprender realmente sobre un tema y exponerlo con claridad y profundidad suficiente.
La finalidad pretendida por el marco europeo, por lo tanto, exige una elaboración y un tratamiento de la materia objeto de estudio que vaya más allá de la simple repetición de las explicaciones del profesor, de la mera enumeración de artículos publicados sobre la materia o del parafraseado del contenido original de los libros de otros autores, aunque se acredite, con una cita o referencia bibliográfica la autoría de la obra y fuentes usadas, e incluso cuando la investigación tenga una pretensión descriptiva sobre un asunto.
Por el contrario, un trabajo académico solvente requiere, pues, una aproximación creativa que, además de exhibir la suficiencia investigadora, muestre los conocimientos alcanzados y la destreza para articular un razonamiento estructurado en la exposición. Es más, en el contexto académico específico al que nos referimos no se trata de demostrar que eres el que más sabes de, por ejemplo, Irán. Se trata de poner de manifiesto que has conseguido articular un trabajo viable sobre una problemática específica de Irán y presentarlo y defenderlo con solvencia. Es aquí cuando un alumno pasa a convertirse en investigador y la realización del trabajo muestra específicamente la suficiencia investigadora del mismo.
Nuestro cometido no será tarea fácil ya que se aborda con la aspiración de que sea un documento vivo, punto de partida para que otros actualicen, mejoren y adapten el texto que sigue a continuación. Adoptamos este compromiso desde el convencimiento de que el conocimiento científico es provisional, porque los datos del mundo complejo que nos rodea son inestables y mutables y por qué quedan muchas parcelas de la realidad por investigar, también en el campo de los estudios de la seguridad y la defensa. Por consiguiente, para cualquier sugerencia o crítica, pueden dirigirse a gdiazmat@ucm.es.
Por último, confiamos en que el lector encuentre en el texto algo del entusiasmo que hemos puesto en su elaboración.
Simplemente por haber llegado hasta aquí tengo mucho que agradecer. Quiero dar las gracias a todos aquellos amigos y compañeros que han contribuido de algún modo a mejorar los primeros borradores de este texto. A la catedrática Natividad Fernández Sola, al catedrático Rafael Calduch, a los profesores David García Cantalapiedra y Javier Morales Hernández y a mis buenos amigos Raquel Barras Tejudo, Itziar Ramos Medina y Carles Ortolá Boscá por aguantarme y, en definitiva, a aquellos que me animaron a continuar en unos momentos muy complicados para todos, también para mí. Mención especial merece el doctor Claudio Payá Santos, sin él esta obra simplemente no habría visto la luz.
A todos ellos gracias por sus aportaciones y su aliento. Los fallos que esta obra pudiese contener son solo míos.