El objeto de esta monografía se centra en analizar y conectar, de manera oportuna y necesaria, las distintas causas del despido disciplinario con los deberes laborales presentes en el devenir de toda relación del trabajo.
Es cierto que el despido disciplinario ha sido tratado con profusión por la doctrina laboral, al ser una institución básica del Derecho del Trabajo. Sin embargo, ese estudio a nuestro modo de ver, se puede completar teniendo presente los deberes laborales descritos en un solo pero fundamental precepto del Estatuto de los Trabajadores; norma que, por otro lado, no ha despertado excesivo interés ni por los estudiosos de la materia, ni por los tribunales en sus resoluciones judiciales.
Atendiendo a estas premisas básicas se ha realizado, en primer término, un recorrido histórico-legislativo que se inicia en el último tercio del siglo XIX para esclarecer cómo aparecen ambas instituciones (el despido disciplinario y los deberes laborales) y cómo quedan reguladas, sin entrar en apreciar la posible o hipotética interacción entre ambas figuras.
Seguidamente, se ha tratado de delimitar el concepto de despido disciplinario. Para estos fines, ha sido necesario hacer referencia a sus presupuestos, pues difícilmente se podrá hablar de esta modalidad de extinción de la relación laboral, sin hacer mención previa a la libertad de empresa, al contrato de trabajo y, por último, a los poderes empresariales. En buena lógica, y a los efectos de este estudio, sobra especial relevancia dentro de esos poderes el denominado poder disciplinario del empleador.
A continuación se debe poner en valor la importancia de los deberes laborales en la relación de trabajo y su decisivo protagonismo a la hora de fundamentar cualquier despido disciplinario. Para ello será oportuno estudiar los elementos estructurales y de contenido de la citada relación jurídica. Deberes que, por otro lado, han de ayudar a articular de manera razonable y justificada el despido disciplinario. Esto es, los deberes laborales deben de actuar como límites del poder disciplinario del empleador a través de la correcta conexión e integración entre motivos de despido disciplinario y los deberes laborales del trabajador.
Esta labor integrativa permitirá alcanzar mayores cotas de seguridad jurídica al aplicar cualquiera de los motivos de despido disciplinario y, al mismo tiempo hacer, efectivo el principio de justicia material proclamada por nuestra constitución.
A tener de todo lo apuntado, se propugna el “empoderamiento” de los deberes laborales para llevar a término un