El «Canciller de la Unidad», que logró la reunificación de Alemania solo once meses después de la caída del Muro de Berlín, fue también un entusiasta impulsor de la unidad europea desde el inicio de su mandato. Cuando en 1989 se abrió inesperadamente la posibilidad de la reunificación, el canciller logró ganarse el apoyo de sus socios en la Comunidad proponiendo que el paso de la unidad alemana fuera acompañado de otro paso en la unidad europea. En sus últimos años de canciller fue el principal valedor de la moneda única, que esperaba que hiciese casi irreversible el proceso de integración.
Este libro recoge algunas de las intervenciones más significativas de su vida política, como el debate sobre la instalación de misiles norteamericanos en suelo alemán, sus palabras tras lograr el apoyo de Gorbachov a la reunificación o el emocionado discurso sobre la unidad ante la multitud de Dresde.
Especial mención merece su intervención con motivo de la visita del presidente del gobierno español, el 3 de mayo de 1983. Kohl se comprometía a hacer lo posible por desbloquear la solicitud de adhesión: «Abogaremos por vuestros intereses». El canciller recordaba aquel día las palabras de ánimo que un español había dirigido a los alemanes en 1949, en el «momento más aciago» de su historia, en el que «muchos habían perdido la fe en el futuro de nuestra vieja nación». Se cumplían entonces cien años del nacimiento de Ortega y Gasset, que tanto había deseado un futuro europeo para España, y que de este modo reaparecía en escena en el momento preciso en el que, con el apoyo del canciller y tras años de negociaciones, se hacía posible la adhesión.