Tu lado del sofá es una despedida. Son los pedazos que no me atreví a rescatar del naufragio. Es un duelo a vida contra el espejo. Un sentirme nosotras.
Es ser casa, canción de domingo y paz. Es un cuarto creciente a medio tempo. Es aprender a echar de menos sin que duela. Son todas esas veces que dejé de hacer por miedo a perder.
Tu lado del sofá es recuperar -por fin- el metro sesenta desde el que partí.
Patricia Benito Manzano (Las Palmas de G.C, 1978) . Ya escribí mi biografía en el primer libro que publiqué, Primero de Poeta. Hace dos años de aquello. Algunas cosas han cambiado, para otras no había sitio. Cuando leas esto ya habré cumplido cuarenta. Ahora tengo vista cansada, más papada y menos miedo. Como detalles poco importantes te cuento que no he visto LaLaLand, prefiero la tortilla sin cebolla y me asustan las alturas. Atea, de izquierdas e irónica. La de la última fila de clase y la del fondo de la barra. Bastante fiel para la media. Hasta que no me tomo el primer café ando convencida de que el mundo se puede cambiar. No me quedo mucho tiempo en gente que tiene las ganas gastadas o en otro sitio. Estoy empezando a pensar que es la zona de confort la que no quiere quedarse conmigo y me pregunto si alguna vez dejaré de subirme a trenes. Nunca me meto donde no hago pie, pero los charcos, no me dejo ni uno. Un puto desastre, que diría mi madre. Blandita por dentro. Voy de cero a cien en dos pestañeos y pierdo el equilibrio con facilidad. Permeable, fuerte, empática. Adicta al brillo de ojos. Me preocupo poco. Quiero mucho. Me quieren mucho. A veces me quiero mal. Aprendiendo.