En el título, Tiempo de amor y mar, Francisco Álvarez Velasco resume los temas que le han venido obsesionando en todos sus libros: la fugacidad de la existencia, el amor tanto carnal como platónico, la muerte («la mar, que es el morir») y el diálogo con la naturaleza. Temas todos ellos que el poeta aborda desde la perspectiva de la niñez, por eso una parte se titula «Jardín de infancia», o desde el tiempo de la escritura del libro.
Y aceptación de la realidad existencial: «La vida es como es / y no vienen al caso / los empeños del hombre. / [En cambio, de la muerte / nunca se sabe / porque nadie ha vuelto, / excepto el hermano de María y de Marta / y aquel de Nazaret, al cabo de tres días, / pero nada dijeron]».
Francisco Álvarez Velasco (Cimanes del Tejar, León, 1940) es autor de los libros Tiempo de maldición (1979); «En el nombre del árbol», en el colectivo Libro del bosque (1984); «Tierra», en el colectivo TetrAgonía (1986); Del viejísimo jugo de la tierra (1988); La hiedra del silencio (1993); Noche (2005) [Premio Internacional de Poesía «Antonio Machado en Baeza» y Premio de la Crítica de Asturias]; Las aguas silenciosas (2007); Memoria de la sombra (2010); Gregor Samsa frente a la ventana (2015) [Premio Jaén de poesía y Premio de la Crítica de Asturias]; y en ediciones Eolas: Y, de pronto, un pájaro [666 aforismos y otros de decires] (2018) e Incursión del demonio meridiano (2020). Es, además, autor de obras de poesía infantil como La Luna tiene una liebre (2009), El libro de las vocales (2013) y Tres tigres por un trigal (2018). Ha traducido la obra Lentus in umbra (2002) de Andityas Soares de Moura, mientras que poemas y libros suyos han sido vertidos al portugués, italiano, francés y neerlandés. En 2006 obtuvo el Premio de la Crítica de Asturias como columnista literario.