Este trabajo, en su primera edición, no era más que un opúsculo de veinte páginas, presentado en 1890 como tesis doctoral. Los estudios que posterionnente he hecho, en vez de cambiar mi modesta, pero independiente opinión, lo han confirmado más y más. Fruto de tales estudios en la presente monografía. La cual sigue el consejo sabio y afectuoso de mi maestro y amigo Enrico Ferri.
Lo que pretende yo y espero que ocurra con esta breve monografía, en la cual no me he propuesto otra cosa que sentar las bases de lo que a mi juicio debe ser la doctrina positivista de la complicidad.