El jefe del Estado Mayor Central de la República, Vicente Rojo, escribió dos buenos libros sobre nuestra guerra civil. En uno de ellos alude con lucidez a las causas de la victoria de Franco: había logrado —dice— la superioridad moral en el interior y el exterior de España. En el plano de la aviación, esa excelencia moral que los pilotos franquistas exhibían junto con el apoyo logístico y humano alemán, posibilitó que se derrotara también en el aire a los modernísimos aviones soviéticos —muy superiores, en momentos cruciales y puntuales del conflicto, a los de la Legión Cóndor— que ayudaban al Gobierno revolucionario del Frente Popular. Ni la notable técnica ni los sabotajes quebraron la moral de victoria de los rebeldes. Ramón Gómez de la Serna sostenía que «los pueblos merecen estar gobernados por malos gobernantes y hasta merecen las guerras, por ser tan malos lectores».
Juan Carlos Gómez Barthe
Introducción. Filosofía Social
Libro Primero. ESTADO DE LA CUESTIÓN
– Capítulo Primero. El materialismo social
– Capítulo Segundo. Adversarios del materialismo histórico
Libro Segundo. EL OBJETO DE LA CIENCIA SOCIAL
– Capítulo Primero. La vida social humana
– Capítulo Segundo. La forma de la vida social
– Capítulo Tercero. La materia de la vida social
Libro Tercero. EL MONISMO DE LA VIDA SOCIAL
– Capítulo Primero. Orden jurídico y economía social
– Capítulo Segundo. Fenómenos económicos
– Capítulo Tercero. El ciclo de la vida social
Libro Cuarto. TELEOLOGÍA SOCIAL
– Capítulo Primero. Causalidad y telos
– Capítulo Segundo. Conflictos sociales
– Capítulo Tercero. Principio de una ley última social
Libro Quinto. EL DERECHO DEL DERECHO
– Capítulo Primero. Derecho y poder arbitrario
– Capítulo Segundo. Legitimación de la coacción jurídica
– Capítulo Tercero. Idealismo social
Rudolf von Stammler
Profesor en la Universidad de Berlín
Rudolf Stammer, (1856-1930) Filósofo y jurista alemán, profesor en Marburgo, Giessen, Halle y Berlín, está considerado como uno de los filósofos del derecho más influyentes de la historia. »Investigador eminente y maestro ejemplar, puede mirar con orgullo el vasto campo removido y sembrado por su labor infatigable. Acaso no se agrupe en derredor de él una escuela stammleriana , una de esas coteries tan frecuentes por desdicha en el mundo de la ciencia, con el ritual y la liturgia de las confesiones, y el incienso de las capillas, y la fe ciega de las mesnadas en las dotes carismáticas del jefe.