Desde el primer «experimento» titulado PSICOLOGÍA E INVESTIGACIÓN CRIMINAL: EL TESTIMONIO, y los que han venido posteriormente, me doy cuenta de que los temas, de acuerdo a las necesidades actuales, se han quedado «mutilados» o incompletos para las necesidades formativas y su evolución desde 2009.
Los que habéis seguido mis publicaciones sabéis que no pretendo, ni con este ni con ninguno otro de los libros publicados, decir nada nuevo ni sublime, sino poner a disposición de muchos interesados los conocimientos actuales sobre los diferentes temas que hemos tratado evitando que, al leerlos, alguien se sienta defraudado por no encontrar en él lo que esperaba encontrar.
En este, como en los anteriores, hemos «mezclado» la Criminología con la Psicología de acuerdo a las necesidades formativas de los diferentes cursos y programas, y creo que el experimento ha sido positivo, dado que le hemos proporcionado al alumno un «compendio» de aquellas ciencias y disciplinas de necesario conocimiento, sin necesidad de tener que recurrir a numerosa bibliografía, costosa, aunque tan solo lo sea desde el punto de vista económico, para los estudiantes.
Es difícil hablar de personalidades, comportamiento, perfiles, motivos, sentimientos, odio, pasión, y otros miles de conceptos sin que sea la Psicología, presente en toda actividad, la que nos indique su significado y sus términos de aplicación. La mayoría de los delitos «graves» son difíciles, no solo de descubrir, sino simplemente de investigar si no son guiados por los conocimientos de la ciencia psicológica.
La especificidad, de lo que denominaríamos la Psicología Criminal o Forense, no es toda la Psicología Criminal o Forense, sino solo aquellos conocimientos necesarios para el desarrollo del trabajo del Criminólogo. Entre ellos consideramos necesarios los relacionados con la PSICOLOGÍA COGNITIVA (Percepción, Memoria, Testimonio y Evaluación de la credibilidad de los testimonios), la PSICOLOGÍA FORENSE ( El interrogatorio y la Entrevista) y la INVESTIGACIÓN CRIMINAL (la Criminología y su relación con otras Ciencias, la Investigación criminológica, el Perfil Criminal, el Perfil Geográfico, la Autopsia Psicológica, la delincuencia en serie –asesinatos, agresiones sexuales e incendiarios–, los lobos solitarios, la Psicología penitenciaria, la actuación ante juzgados y tribunales y la identificación de los delincuentes).
Con esto no queremos «limitar» el conocimiento del estudiante de Criminología, sino tan solo «centrarlo» en aquellos que de verdad le van a ser necesarios, y que va a poder aplicar, en su desarrollo profesional. Queremos formar buenos Criminólogos y para ello es necesario impartir aquellas disciplinas que le son necesarias de conocer y no saturarlos con conocimientos, técnicas y métodos propios de otras disciplinas, cosa que dejamos para esos profesionales.