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Investigación y prueba en los procesos penales de España e Italia

ISBN: 9788413090573

El precio original era: 57,90€.El precio actual es: 57,90€. 55,01 IVA incluido

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Fecha de edición 27/08/2019
Número de Edición

1

Idioma

Formato

Páginas

454

Lugar de edición

PAMPLONA

Colección

ESTUDIOS ARANZADI

Encuadernación

Esta obra consigue unir el análisis profundo de las grandes cuestiones del proceso penal, desde una óptica renovada y actual, como son la “verdad”, el “me bis in ídem”, el derecho a guardar silencio…, con las nuevas tecnologías y su repercusión en el proceso. Los conceptos fundamentales se abordan adaptados a la jurisprudencia de la UE y se interpretan nuevos significados y alcance de estas instituciones. A su vez, los grandes avances tecnológicos, como no podía ser de otra manera, tienen una gran repercusión en el proceso penal, cuestiones que son objeto de estudio, desde el momento de producirse el delito, como es el caso de la intervención en el mismo de los drones, hasta los controles remotos con spyware y troyanos y toda la implicación de ello en la privacidad y protección de datos. 

Prólogo.

Esta obra colectiva es fruto de la colaboración e investigación conjunta de profesores españoles con profesores italianos y colombianos.

Las relaciones hispano-italianas en la docencia y la investigación entre las universidades de Cádiz, Sapienza, Bérgamo y Ferrara, han sido sumamente fructíferas y enriquecedoras, prueba de ello esta monografía y esperamos continúen en el futuro.

Las reflexiones sobre el Proceso Penal en España e Italia revelan desde un primer momento dos sistemas con muchas semejanzas, pues se han visto abocados a modalidades de criminalidad organizada, contra las que luchar, en un equilibrio con las garantías procesales constitucionales.

El Proceso Penal es abordado, desde las cuestiones clásicas, con una óptica renovada, hasta las grandes novedades aportadas por las nuevas tecnologías, la protección de datos y los grandes retos del siglo XXI.

El concepto de verità en el Proceso Penal o el del ne bis in ídem son expuestos con profundidad y actualidad por los profesores Mazza y Gaito, respectivamente, aportando novedades muy interesantes a dos de los grandes temas procesales.

La prueba penal tiene una especial atención en esta obra, pues se aborda desde un amplio abanico de prismas, empezando por la Patología de la Prueba, donde el profesor Dinacci reflexiona sobre el “proceso justo” al tratar los vicios de la prueba o la profesora Ramírez expone la prueba ilícita y su tratamiento particular en la “operación Fenix” en Colombia. La ilicitud probatoria dedica también algunos trabajos a la prueba tecnológica, como es el caso de las medidas de control remoto y el estudio del profesor Nicolicchia sobre su tratamiento de “prueba inconstitucional”.

Las nuevas tecnologías se hacen presentes en este trabajo de una forma contundente, dada la actualidad del tema y los interrogantes, que surgen. No cabe duda, que la entrada de las nuevas tecnologías en el sistema probatorio plantea interrogantes en torno a la privacidad de las personas, el conocido como habeas data y las garantías fundamentales, abordado por la profa. Galgani o la irrupción de los drones en el proceso. Precisamente, las nuevas tecnologías también han venido a facilitar la prueba transnacional, objeto de estudio por la profesora Jimeno y tienen un relevante papel en la regulación de la Orden Europea de Investigación.

Dentro de la prueba penal, cabe destacar lo relativo a la declaración del procesado, donde el profesor Pérez-Cruz analiza el derecho a no declarar y a no confesarse culpable. En las declaraciones personales también destaca la dispensa del deber de declarar en violencia de género o el papel del árbitro como testigo en el proceso penal.

Cabe señalar el estudio comparado de instituciones procesales en los sistemas italiano y español, como es el caso del decomiso sin condena, trabajado por la profesora La Rocca.

Todas las aportaciones de la obra son una herramienta eficaz para cualquier investigador, que se aproxime al proceso penal, con aportaciones doctrinales importantes y estudios jurisprudenciales tanto de la UE, como de Italia y España.

Las líneas marcadas en esta obra, han permitido realizar rigurosas aportaciones de investigadores predoctorales, lo cual es otro logro de la misma al unir la experiencia renombrada de algunos de los autores con las nuevas ideas de los jóvenes procesalistas.

Investigación y prueba en los Procesos Penales de España e Italia aspiramos a que sea la materialización de las relaciones entre universidades españolas e italianas y la puerta de próximas colaboraciones fructíferas.

Isabel Villar Fuentes

Jerez de la Frontera a 2 de mayo de 2019

  • Prólogo
  • Parte I. Hechos y ejercicio de la acción penal
    • Capítulo I. Il concetto di verità nel processo penale (OLIVEIRO MAZZA)
    • Capítulo II. La progresiva transfiguración de «ne bis in idem» (ALFREDO GAITO)
    • Capítulo III. L’idem factum e la sanzione penale in Italia: tra norma e prassi (FEDERICO GAITO)
    • Capítulo IV. Discrecionalidad acusatoria (ALBA ROSELL CORBELLE)
    • Capítulo V. Doppi binari, accertamenti differenziati, presunzione d’innocenza (ANTONIO FABERI)
  • Parte II. Patología de la prueba
    • Capítulo VI. Vicios de la prueba y la decisión del juez (FILIPPO RAFFAELE DINACCI)
    • Capítulo VII. La prueba ilícita, reflexiones a partir de la “Operación Fenix”, en Colombia (DIANA MARÍA RAMÍREZ CARVAJAL)
    • Capítulo VIII. “Prueba ilícita” e nuove misure di controllo occulto a fini investigativi: spunti comparatistici dal dialogo italo-spagnolo (FABIO NICOLICCHIA)
    • Capítulo IX. Prueba electrónica/digital ilícita (ISABEL VILLAR FUENTES)
    • Capítulo X. Las diligencias de investigación practicadas sobre el cuerpo del investigado: de la limitación de derechos fundamentales a la ilicitud probatoria (ANA SÁNCHEZ-RUBIO)
  • Parte III. Declaraciones personales en el proceso penal
    • Capítulo XI. La declaración del procesado (AGUSTÍN JESÚS PÉREZ-CRUZ MARTÍN)
    • Capítulo XII. “La tortura del silencio” ¡ius tacens y nemo tenetur, que poco hemos cambiado (ISABEL MARTÍNEZ CID)
    • Capítulo XIII. El derecho a la dispensa del deber de declarar y las víctimas de violencia de género (LAURA ÁLVAREZ SUÁREZ)
    • Capítulo XIV. El árbitro como testigo en el proceso penal (JOSÉ CARO CATALÁN)
  • Parte IV. Nuevas tecnologías y proceso penal
    • Capítulo XV. El sistema probatorio, ante la aplicación de las nuevas tecnologías (ENRIQUE CÉSAR PÉREZ-LUÑO ROBLEDO)
    • Capítulo XVI. Las medidas de investigación tecnológicas y su injerencia en la privacidad de las personas y la protección de datos personales (SÍLVIA PEREIRA PUIGVERT)
    • Capítulo XVII. Intervención de telecomunicaciones en la OEI: adaptación en el contexto europeo y adaptación en España e Italia (SERENA CACCIATORE)
    • Capítulo XVIII. Giudizio penale, «habeas data» e garanzie fondamentali (BENEDETTA GALGANI)
  • Parte V. Otras cuestiones
    • Capítulo XIX. La prueba penal transnacional (MAR JIMENO BULNES)
    • Capítulo XX. Decomiso sin condena en Italia y en España (ELVIRA NADIA LA ROCCA)
    • Capítulo XXI. La prueba de las cuestiones civiles en el proceso penal: especial atención a la responsabilidad civil automovilística (JUAN CARLOS VELASCO PERDIGONES)
    • Capítulo XXII. Consideraciones generales sobre los informes finales de la OLAF y la prueba transfronteriza. General considerations on the final reports of OLAF and the cross-border evidence (FRANCISCO SALVADOR GIL GARCÍA)
    • Capítulo XXIII. Las víctimas en el ejercicio de la competencia judicial extraterritorial (ANDREA SPADA JIMÉNEZ)
    • Capítulo XXIV. Reflexiones en torno a la jurisdicción competente territorialmente en los delitos cometidos mediante drones (MANUEL L. RUIZ-MORALES)
    • Capítulo XXV. Orden europea de investigación y reglas de exclusión probatoria (MARÍA ELENA LARO GONZÁLEZ)

      OLIVEIRO MAZZA

      Ordinario di Procedura penale. Università di Milano-Bicocca

      Sumario:

      • I.La verità reale e l’illusione cognitiva
      • II.La verità processuale e il realismo gnoseologico della concezione semantica della verità
      • III.La giustizia e la verità giudiziale
      • IV.La probabilità logica come criterio di verità giudiziale
      • V.La probabilità logica fra regole di valutazione probatoria e regole di decisione
      • VI.Il ragionevole dubbio come induzione eliminatoria
      • VII.La verità “giuridica”

      I. LA VERITÀ REALE E L’ILLUSIONE COGNITIVA

      Il concetto di verità si colloca al centro tanto della teoria del processo quanto della pratica giudiziaria. A nessun livello, né teorico né pratico, potrebbe infatti predicarsi la celebrazione di un processo che non avesse finalità cognitive, pena lo scadimento della giustizia penale verso un modello puramente decisionista connotato da arbitrio e irrazionalità.

      E’ quindi facilmente comprensibile, e per certi versi condivisibile, la ragione che ha spinto la Corte costituzionale a puntualizzare come, anche nell’ambito dell’epistemologia garantista espressamente abbracciata dal codice di rito del 1989, «fine primario ed ineludibile del processo penale non p[ossa] che rimanere quello della ricerca della verità»1).

      Tuttavia, affermare che il processo penale persegue il raggiungimento di “una” verità o “della” verità non è risolutivo e non dice nulla su “quale” verità sia concretamente raggiungibile e, soprattutto, con quali strumenti ciò possa avvenire. La questione da porre non è dunque quella di attribuire alla celebrazione del processo una scontata finalità cognitiva, che, come detto, è da sempre consunstanziale al fenomeno processuale, bensì quella di stabilire quale modello epistemologico sia più efficiente per raggiungere lo scopo e quanto l’adozione di un determinato modello possa incidere sulla qualità del risultato.

      Storicamente la questione è stata invece impostata in termini diversi, facendo leva sulla contrapposizione fra una presunta verità reale, rappresentata dall’ideale della esatta corrispondenza ai fatti, di tipo metagiuridico e oggettivo, e una verità processuale, di tipo formale, direttamente condizionata dal rispetto di precise regole, fra cui spiccano le garanzie della difesa, inevitabilmente più circoscritta rispetto alla prima.

      Questa artificiosa distinzione, frutto di una evidente ingenuità gnoseologica, ha determinato per lunghissimo tempo, e spesso determina ancor oggi, l’illusione del possibile raggiungimento nel processo penale di una verità assoluta e omnicomprensiva in ordine alle persone inquisite2). E’ chiaro che ritenendo parimenti conseguibili in ambito giudiziario una verità di tipo assoluto e ideale e una verità ridotta e di tipo formale, la scelta politica non possa che ricadere sulla prima e più ampia possibilità. Tale opzione non si limita però a porre l’obiettivo, ma anche a imporre un determinato modello epistemologico utile per il raggiungimento dello scopo. Le due verità, reale/sostanziale e processuale/formale, sono infatti associate a due distinti modelli cognitivi, il primo tendenzialmente giusnaturalistico, l’altro strettamente giuspositivistico, corrispondenti, rispettivamente, a una epistemologia inquisitoria e a una epistemologia garantista3).

      Dunque, l’obiettivo del raggiungimento di una verità materiale e assoluta condiziona direttamente anche lo svolgimento delle attività processuali, soprattutto quelle probatorie e decisorie: la tensione verso una conoscenza totalizzante non tollera limiti e confini legali, giustifica qualunque mezzo in spregio alle regole di procedura, finisce per svuotare dall’interno il significato stesso del processo ridotto a mera indicazione di prescrizioni non vincolanti per l’inquisitore. La ricerca della verità assoluta è libera, refrattaria a regole legali, controlli, predeterminazione dell’ipotesi d’accusa, dei mezzi di prova, dei canoni di valutazione delle prove e di giudizio, insensibile alle istanze difensive, ispirata a un cognitivismo etico intriso di giudizi di valore, in definitiva arbitraria, irrazionale e autoritaria.

      A ben vedere, il modello inquisitorio non presenta alcun tratto dell’epistemologia, non è una teoria della conoscenza, riducendosi a un decisionismo non cognitivo, ma semplicemente potestativo. Il giudice finisce per decidere sulla base di un soggettivismo etico svincolato da riferimenti empirici. Non solo la verità accertata finirà per corrispondere a quella fin dall’inizio pretesa dal giudice, ma la stessa decisione risulterà affrancata dalla precisa ricostruzione probatoria dei fatti per essere giustificata da sospetti e intuizioni rivolti più alle supposte qualità personali dell’imputato, in primis la pericolosità sociale4), che a condotte effettivamente contrarie ai modelli legali.

      E’ quindi preferibile abbandonare l’impostazione tradizionalmente data al problema, secondo cui la contrapposizione fra una presunta verità reale distinta dalla verità processuale andrebbe inquadrata nei più ampi modelli epistemologici di riferimento, rispettivamente quello inquisitorio e quello garantista, essendo più opportuno far emergere con chiarezza come l’antitesi fra le due presunte verità corrisponda in effetti a forme processuali ontologicamente distinte: da un lato, quella non cognitiva, che attribuisce al giudice un potere arbitrario di decidere secondo la sua irrazionale e soggettiva intuizione, svincolata dalle prove eventualmente, ma non necessariamente, raccolte, che finisce per confondere il tema di prova con il risultato di prova; dall’altro, quella cognitiva, strettamente correlata alle evidenze disponibili legittimamente acquisite al processo secondo procedimenti predeterminati dalla legge5).

       


      1

      C. cost., sent. 3 giugno 1992 n. 255, in GiC, 1992, p. 1967. V. anche C. cost., sent. 2 novembre 1998, n. 361, ivi, 1998, p. 3128, secondo cui la «funzione essenziale del processo… è appunto quella di verificare la sussistenza dei reati oggetto del giudizio e di accertare le relative responsabilità».

      2

      V., ad esempio, C. cost. sent. 26 marzo 1993, n. 111, in RIDPP, 1994, p. 1063, nel passaggio in cui si afferma che «il metodo dialogico di formazione della prova è stato, invero, prescelto come metodo di conoscenza dei fatti ritenuto maggiormente idoneo al loro per quanto più possibile pieno accertamento, e non come strumento per far programmaticamente prevalere una verità formale risultante dal mero confronto dialettico tra le parti sulla verità reale: altrimenti, ne sarebbe risultata tradita la funzione conoscitiva del processo, che discende dal principio di legalità e da quel suo particolare aspetto costituito dal principio di obbligatorietà dell’azione penale».

      3

      FERRAJOLI, Diritto e ragione. Teoria del garantismo penale, Roma-Bari, 1989, p. 17.

      4

      Al riguardo, sia consentito rinviare a MAZZA, Le persone pericolose (in difesa della presunzione d’innocenza), in Pericolosità e giustizia penale, a cura di Pavarini – Stortoni, Bologna, 2013, p. 97 ss.

      5

      Analogamente, CAPRIOLI, Verità e giustificazione nel processo penale, in RIDPP, 2013, p. 625, ritiene che non vi sia «alcun valido motivo per considerare la verità del processo penale una verità minore, formale, convenzionale ecc. Non è un buon argomento la natura innegabilmente antiepistemica di molte delle regole del processo… Non è un buon argomento neppure la natura fatalmente probabilistica dei giudizi di fatto che sorreggono l’affermazione di colpevolezza… Le sentenze di condanna conformi al canone decisorio dell’assenza di ragionevoli dubbi vengono emanate quando le ragioni per ritenere falsa l’accusa hanno carattere esclusivamente logico, cioè non sono che l’astratta possibilità di una ragione. Tanto basta per attribuire razionalmente a simili verdetti –fedeli all’etimologia del vocabolo– la patente di affermazioni veritiere, senza ulteriori inutili specificazioni».

(Directora)

Isabel Villar Fuentes

(Coordinador)

José Caro Catalán

(Autores)

Laura Álvarez Suárez

Serena Cacciatore

José Caro Catalán

Filippo Raffaele Dinacci

Antonio Faberi

Alfredo Gaito

Federico Gaito

Benedetta Galgani

Francisco Salvador Gil García

Mar Jimeno Bulnes

Elvira Nadia La Rocca

María Elena Laro González

Isabel Martínez Cid

Oliveiro Mazza

Fabio Nicolicchia

Silvia Pereira Puigvert

Agustín Jesús Pérez-Cruz Martín

Enrique César Pérez-Luño Robledo

Diana María Ramírez Carvajal

Alba Rosell Corbelle

Manuel L. Ruiz-Morales

Ana Sánchez Rubio

Andrea Spada Jiménez

Juan Carlos Velasco Perdigones

Isabel Villar Fuentes

(Prólogo)

Isabel Villar Fuentes