Se ha escrito tanto en estos últimos años sobre los orígenes de la familia y de la propiedad, que toda obra nueva sólo tiene razón de ser si arroja alguna luz nueva sobre cuestiones tan debatidas. Esta luz puede brotar de datos etnográficos, históricos o jurídicos todavía no estudiados, o de una crítica más estricta de las teorías que están en predicamento. Esto último es lo que el autor ha tenido principalmente en consideración. Se trataba para él de sintetizar los resultados ya adquiridos por la ciencia etnográfica más que de analizar los hechos. Los estudios especiales que ha hecho del mundo eslavo y de las tribus autóctonas del Cáucaso, le han permitido fundamentar en datos nuevos las hipótesis emitidas por sus predecesores. La cuestión que ante todo se ha tratado de poner en claro, es la referente a la existencia del matriarcado en los pueblos de origen ario. En este punto, el conocimiento del mundo eslavo y de las tribus arias del Cáucaso ha sido de gran utilidad.
Rechazando la hipótesis de una promiscuidad ilimitada en la primera época de la historia, el autor se ha esforzado en poner en claro que las familias matriarcal, patriarcal o individual eran tres fases distintas de un mismo desarrollo. Esta evolución se ha realizado o tiende a realizarse en los pueblos que no tienen de común ni la raza ni la religión. Se equivocaría, por tanto, quien la eliminara de nuestra raza. El matriarcado ha existido entre las tribus arias y ha dejado supervivencias en sus leyes antiguas y en sus costumbres usos todavía hoy en predicamento. La autoridad marital y paternal sólo ha evolucionado lentamente en el seno de una sociedad matriarcal. Su advenimiento significó el establecimiento de la familia patriarcal, que, como lo atestigua el mundo eslavo, sólo cede lentamente su puesto a la familia individual. Maksim M. Kovalevski?