Las economías desarrolladas han basado su modelo de crecimiento en principios de economía lineal, a través de un consumo centrado en el esquema de usar y tirar. Frente a este modelo, resulta imprescindible la implementación de herramientas innovadoras cuyos objetivos redunden en el estímulo de la economía, pero también en beneficio de la sociedad y, en concreto, de la sostenibilidad, y esto es, precisamente, lo que hace la Economía Circular.

Para la transformación del modelo actual son necesarios instrumentos que fomenten el consumo responsable, la energía limpia, una economía más circular y, por ende, una sociedad sostenible. De entre estos instrumentos destaca el Derecho y, en concreto, el Derecho Financiero y Tributario. La Economía Circular puede fomentarse a través de la incorporación de incentivos fiscales y políticas públicas a favor de las innovaciones sociales con origen en la economía social en los tres aspectos que la conforman: ambiental, económico y social. Asimismo, las potencialidades de la fiscalidad para el fomento de la transición hacia una Economía Circular pasan también por gravar aquellas conductas que sean contrarias a este modelo, en consonancia con el tradicional principio de “quien contamina paga”.

Esta es, precisamente, la cuestión sobre la que gira el presente trabajo: el análisis de los aspectos fiscales de la Economía Circular y los retos que el establecimiento de este modelo plantea en el ordenamiento tributario. La finalidad de este estudio no es, por tanto, formular soluciones definitivas, sino introducir en el debate jurídico cuestiones que, en nuestra opinión, deben ser objeto de reflexión y análisis. Concretamente, las oportunidades que el Derecho Financiero ofrece para la transformación del modelo lineal en un sistema circular.