Los economistas solemos asumir que las decisiones son tomadas prioritariamente por nuestra mente consciente, en función de sesudos análisis costo-beneficio, los llamados óptimos de Pareto. Nada más alejado de esa realidad, ya que el ser humano está cableado para tomar decisiones en gran parte por debajo del umbral de consciencia, en forma automática y sin que se involucre demasiado nuestra razón calculadora. Esto sucede porque el cerebro no busca la maximización perfecta postulada por el homo economicus neoclásico, sino básicamente la supervivencia, lo cual hace clave el concepto de racionalidad acotada, exitosamente trabajado por la Economía del Comportamiento, con los nobeles Simón, Kanheman y Thaler como estandartes.
Sin embargo, en los últimos años, el novedoso maridaje de Economía del Comportamiento y Neurociencia Cognitiva, ha construido un híbrido campo llamado Neuroeconomía, que con métodos más cercanos a las Ciencias Naturales que a las Ciencias Sociales, está construyendo una teoría unificada sobre la toma de decisiones humana.
A lo largo de este libro, recorremos los principales avances de este novedoso campo llamado Neuroeconomía, como así también sus enormes perspectivas a futuro, tanto para la Estrategia Empresarial como para las Políticas Públicas.