La constatación de la general pérdida de influencia de la cultura católica en los países en que durante siglos ha sido elemento medular ha llevado necesariamente hacia diferentes actitudes. Sorpresa, movimientos reactivos, asunciones más o menos parciales de elementos contrarios, intentos de restauración de situaciones previas o formas nuevas de enfocar la presencia de lo cristiano. Pero el proceso de secularización y debilitamiento de la antaño dominante cultura cristiana ha proseguido hasta la fecha.
Desde una perspectiva histórica es fácil percibir que si ha habido un espacio social en el que lo católico perdió hace mucho su protagonismo ha sido en el mundo de la cultura. Por supuesto desde los inicios de tal crisis han existido distintas y notables corrientes de cultura católica, como sigue existiendo también un amplio número de católicos. Pero la cuestión es otra: no son las líneas de la cultura católica las que determinan el pensamiento predominante, ni tienen vitalidad suficiente para ello. Un fenómeno no nuevo, ciertamente, inserto en la crisis general del cristianismo, pero que resulta más chocante en los países tradicionalmente católicos.
La presente obra es el resultado de las reflexiones al respecto de un conjunto de profesores de distintas universidades y países: España, Italia, Francia y Polonia. Las aportaciones versan sobre los fundamentos de la crisis, sus elementos y variantes, como igualmente acerca de su repercusión en distintos espacios. Una profundización en los indicados contenidos no dejará indiferente a cualquier lector que busque conocer las explicaciones y el estado de situación de un cambio tan notable en un elemento sin el que la historia de Occidente no puede tener una completa explicación.