La pérdida de Mosul a manos de las fuerzas iraquíes en julio de 2017 supuso un duro golpe para Estado Islámico, y marcó un punto de inflexión en la historia reciente de Oriente Medio. Después de tres años de mandato, la clandestinidad volvía a abrir sus puertas a los seguidores del califa Ibrahim, que habían sorprendido al mundo tras conquistar casi la mitad de Irak y Siria en un tiempo récord, y resistieron hasta el final gracias a su ejército de suicidas.
Mikel Ayestaran estaba en Bagdad cuando, en 2014, Estado Islámico, entonces un grupo desconocido, tomó Mosul, y en 2017 presenció la caída de la ciudad, lo que los políticos en Irak llamaron la «derrota del califato». Sin embargo, sobre el terreno no hay nada que celebrar: la herencia de Dáesh son cientos de pueblos y ciudades fantasma a las que los civiles no pueden regresar debido a la destrucción, la falta de servicios y, principalmente, al miedo y a la inseguridad generados por el grupo terrorista.
De todo ello da cuenta Mikel Ayestaran en este libro, para el que ha accedido a zonas que pocos periodistas occidentales han podido visitar. La región, sumida en la incertidumbre por el vacío de poder creado en las áreas que estuvieron bajo control yihadista, lucha por recuperar la normalidad. Pero, ¿cuáles son las huellas que ha dejado Estado Islámico en los territorios ocupados? Y, sobre todo, ¿ha desaparecido realmente o solo ha pasado a ser un terror en la sombra?
Cronología del califato
Prólogo
1. Bagdad. El nacimiento de la bestia
2. Mosul. La gran batalla
3. Palmira. El oasis sirio donde se izó dos veces la bandera negra
4. Jerusalén. Esperando en la Ciudad Santa
5. Mosul. Vuelta a la gran capital de EI
6. Gaza. Cara a cara con un seguidor del califa
7. Bagdad. Milicias al poder
8. Faluya. La ciudad de las mezquitas quiere pasar página
9. Tikrit. Los hijos de EI se refugian en la ciudad de Sadam
10. Damasco. El búnker del régimen
11. Alepo. Después de la guerra
12. Deir Hafer. La plaza de las decapitaciones
13. Akerbat. Un museo del terror al aire libre
Epílogo
Agradecimientos
Mikel Ayestaran. (Beasain, Guipúzcoa, 1975) compaginó desde muy joven los estudios con su pasión por viajar. Dio sus primeros pasos como profesional en El Faro de Ceuta. En 2005, tras una década en la redacción de El Diario Vasco, decidió probar la experiencia de ser freelance, especializarse en los conflictos abiertos en Oriente Medio y trabajar como redactor multimedia para distintos medios. Después de pasar diez años con la mochila a cuestas, en enero de 2015 fijó su residencia en Jerusalén, donde vive con su familia y desde donde cubre la región para los periódicos del grupo Covento y para EiTB, la radiotelevisión pública vasca.
Ganador del Premio del Club Internacional de Prensa (2009), del Premio Periodista Vasco (2015), del Premio José Manuel Porquet de periodismo digital (2016) y del Premio Internacional de Periodismo Manu Leguineche (2017), entre otros galardones, es también socio y cofundador del colectivo de información internacional 5W. Es autor del superventas Oriente Medio, Oriente roto (2017), también en Península.