Debemos tener presente que cuando el autor habla de las obligaciones de la profesión legal en relación al problema de la reforma del Derecho, lo hace con la autoridad de quien fue presidente de la Asociación Norteamericana de Abogados. Cuando se refiere a los jueces y a la organización de la justicia, es el presidente de la Suprema Corte de Nueva Jersey quien lo hace. Cuando habla de las escuelas de derecho y del papel que les corresponde en la cruzada, nos obliga a recordar que fue decano de una de las primeras escuelas de derecho de su país: la de la Universidad de Nueva York.
Pero todo esto, que no es poco, debe aún adjetivarse. Como presidente de la American Bar Association dirigió el trabajo de la formulación de lsa recomendaciones que son actualmente conocidas como «Plan de la Asociación Norteamericana de Abogados para la Reforma judicial», base de la mayor parte de las reformas puestas hoy en vigor en muchos Estados norteamericanos.