En este libro se habla de trabajo y, sobre todo, de las instituciones que regulan su desarrollo en los mercados laborales de la Unión Europea, en suma, de las relaciones laborales. Específicamente, se trata de saber qué ha ocurrido en estas instituciones en el transcurso de la Gran Recesión que azotó a las economías europeas y otras muchas fundamentalmente entre los años 2008 y 2013. Bajo un mismo paraguas ideológico, alumbrando a las políticas europeas anticrisis establecidas, la tendencia general apuntalaba y aún sigue en esa dirección un proceso continuado de desregulación de las relaciones de trabajo.
A través de sucesivas reformas de las legislaciones laborales y de la propia praxis del mercado en un contexto de fuerte asimetría en el poder de negociación en detrimento de los trabajadores adquiere preeminencia el aumento de la flexibilidad, en todas sus manifestaciones interna, externa y financiera o salarial- en el uso del trabajo en las empresas.
El objetivo explícito de tal tendencia será la búsqueda de mayores cotas de competitividad para las empresas residentes en los países, que fuerzan la flexibilidad laboral de este modo. Tras un análisis extenso de dichas instituciones en el la UE-15, comparando la situación específica de varios países (Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido) y para tres diferentes sectores característicos (automóvil, banca y hostelería), en este libro se establece la existencia de una estrecha relación entre los cambios acaecidos con, de un lado, la diversidad del entorno macroeconómico y, de otro, con la específica idiosincrasia de los sistemas de regulación laboral, sin que ello haya supuesto aún una convergencia absoluta en los modelos de relaciones laborales europeos, a causa de los efectos de la Gran Depresión.