«¿Qué significa «dado», «donación», esa palabra mágica de la fenomenología y la «piedra de escándalo» para los otros?». Esta es la pregunta que Heidegger planteaba a sus estudiantes en 1919 y la que guía el presente ensayo. A través de un análisis del concepto de donación en los autores que más directamente influyeron al joven Heidegger (Külpe, Rickert, Lask, Natorp, Husserl) y por medio de una explicación del dispositivo hermenéutico de la indicación formal, se intenta demostrar que solo una interpretación de la donación como indicación formal puede permitir a la fenomenología «volver a las cosas mismas».
Donación e indicación formal se configuran entonces como los dos ejes del método de la hermenéutica heideggeriana: la filosofía se presenta como una práctica en la que la expresión de los fenómenos va acompañada siempre de una destrucción de las formalizaciones que cada actividad expresiva implica. Para ser comprendidos, los fenómenos tienen que ser ejecutados una y otra vez, evitando que el cuidado de la filosofía pase de la praxis activa del significar a la mera representación teorética de los significados.
La actualidad de estos resultados emerge en la comparación crítica con la fenomenología de la donación de Jean-Luc Marion, cuya filosofía ha inspirado el presente ensayo y del cual este termina por tomar distancia.