La presente obra analiza la imagen de la enfermedad en la Europa de la Baja Edad Media en los contextos religioso, social y médico. Cada uno, fue creando un discurso sobre la enfermedad que trascendió su condición patológica para convertirla en un soporte de narración visual de los modos de enfermar de la sociedad medieval europea. La enorme riqueza iconográfica que brinda este periodo histórico en soportes tan variados como los manuscritos iluminados, la pintura y la escultura, permite crear una historia visual de la enfermedad que se llenó de sentido y significado según los ámbitos en los que fue representada. En el contexto social, prevalece el discurso del miedo al contagio de determinadas enfermedades, que generaron reacciones contrarias; de exclusión en el caso de la lepra, enfermedad bíblica plagada de metáforas que se convirtió en el estigma social medieval, o de huida en el caso de la peste negra, dejando al descubierto la vulnerabilidad física y social del hombre frente a las epidemias. En el contexto religioso, la enfermedad bascula entre la culpa y la redención, y encuentra en los milagros la posibilidad de una sanación condicionada por la realidad de la limitada práctica médica secular. Mientras en el contexto médico, la enfermedad es analizada como entidad nosológica de estudio de la medicina, al tiempo que escenario social en el que se exhiben los propios médicos, en su intento por fijar una imagen oficial y académica de su práctica.
Todo ello conforma una escenografía en la que la realidad del proceso de enfermar durante la Baja Edad Media europea puso en escena unos actores y unas acciones que respondieron a unas necesidades concretas, y se articularon atendiendo a unos códigos que adquirieron su sentido y significado completo ante los espectadores para las que fueron diseñadas. Esta aproximación pretende escuchar y mirar hacia un pasado que nos habla y nos muestra, en un lenguaje polifónico y polisémico, una historia de hombres y mujeres que se adaptaron a un espacio y un tiempo distintos.