La brecha de género está especialmente marcada entre deportistas. Esta monografía trata de explicar la desigualdad como resultado de una discriminación de carácter estructural. La derivada histórica de la desigualdad en el deporte, basada en el determinismo biológico, se une a las estructuras que lo sustentan, asentadas sobre bases culturales exclusivamente masculinas y a percepciones sociales aún vigentes, que responden a modelos educativos y estereotipos sociales, de carácter androcéntrico, muy enraizados en nuestra sociedad.
Esta obra describe una situación de hecho, basada datos, que ofrecen una visión global de las mujeres con relación al deporte desde distintos aspectos y de forma comparativa con los hombres. El análisis se refiere tanto a la práctica o ejercicio físico, como a los deportes de competición, e incluso a la participación en los JJOO. Se estudian detenidamente aspectos educativos, relativos a los medios de comunicación y a la representación de mujeres en puestos directivos. Finalmente se recogen los instrumentos jurídicos y de otro orden disponibles para avanzar en la igualdad.
La igualdad entre mujeres y hombres no se va a conseguir hasta que no se logre en el ámbito concreto del deporte. Precisamente porque el deporte tiene una enorme capacidad de influencia y simbólica. El deporte actúa como termómetro del grado de igualdad presente entre mujeres y hombres. Desde el deporte podemos trabajar, teniendo en cuenta la situación de hecho que se describe en este trabajo y las herramientas disponibles, para mejorar la imagen de las mujeres, eliminar estereotipos que siguen asentados en nuestra sociedad y proporcionar, en definitiva, unas mismas oportunidades a las mujeres de nuestra sociedad.