La historia del Sacro Imperio es la del enfrentamiento entre el Kaiser y los príncipes territoriales más el condimento de las ambiciones eclesiásticas. Por si todo ello contuviera pocas emociones, la Reforma añadiría, como guinda, una despiadada lucha confesional. Nació con la pretensión de renovar el Imperio romano, trabar combates contra otros poderes terrenales y, a falta de ejército propio con armas y caballos, dispuso de poderes más sutiles derivados de su situación geográfica y de su necesidad para asegurar difíciles equilibrios en Europa; también del ejército, embrollado pero ingenioso, de los juristas, aptos para entrar en las más arriscadas batallas dialécticas blandiendo latines, bártolos, justinianos y otras preseas del pensamiento jurídico.
Se desplomaría ante el vendaval napoleónico y es, en medio de sus convulsiones, cuando discurre la vida en el poder del barón de Montgelas, gran artífice de reformas políticas y administrativas que, al contrario de lo ocurrido con las impulsadas por su contemporáneo, el barón von Stein, han pasado desapercibidas en España.
En este libro se inserta a Montgelas en la peripecia histórica del Sacro Imperio, a la vez que se explican los grandes problemas que ocuparon las plumas de los juristas en el último tramo del Antiguo Régimen.