El Derecho Romano constituye la experiencia jurídica más paradigmática de la historia europea. La enseñanza del Digesto justinianeo en la Bolonia del siglo XI está en el origen de la que fue la primera universidad europea y contribuye, desde entonces, a la conformación de la lógica jurídica de los estudiantes de las facultades de Derecho, al tiempo que les capacita para entender los distintos ordenamientos jurídicos modernos como el resultado de sucesivas experiencias históricas, que deberán ser tenidas en cuenta por los estudiosos a la hora de interpretar y aplicar el Derecho vigente, así como para abordar la antigua y permanente aspiración de construir un sistema jurídico y una ciencia del Derecho de carácter supranacional.
El estudio del Derecho privado romano constituye no solo un elemento indispensable para valorar la historicidad del Derecho, sino que también se configura como un instrumento necesario para entender el Derecho vigente y para ayudar a la construcción del Derecho privado de la Unión Europea, sobre los elementos comunes que el Derecho Romano proporciona a los Códigos Civiles europeos. Por ello, conecta en numerosas instituciones el Derecho Romano con el vigente Código Civil español, a fin de dejar constancia de que un número importante de artículos de este cuerpo legal, paradigma legislativo, constituyen el último eslabón de la evolución del pensamiento jurídico desde Roma hasta el actual Derecho positivo.