La idea central de este ensayo es contrastar y también constatar que, lejos de que una garantía real siga cumpliendo sus funciones, la realidad es que las clásicas figuras han perdido fuerza, tal vez por la inercia y los parámetros configuradores de las mismas hasta el presente, llevándolas a un punto donde la estructura resiste, pero es onerosa, gravosa, poco funcional, documentalmente farragosa y no reporta tantos beneficios ni para garante ni para acreditante. Al contrario, vivimos un acentuado proceso de redefinición de la garantía crediticia y de cuestionamiento constante y permanente sobre la utilidad cierta y real de las mismas. Esta obra plantea la tensión entre los nuevos esquemas credituales y la persistencia de un sistema que da síntomas de ineficiencia y agotamiento. Esa es la cuestión.
Un ensayo enfocado a los estudiosos del derecho de garantías, prácticos, académicos y, a las entidades financieras y economistas.