Los sistemas normativos deben contener elementos de excepciones, que permitan dar coherencia y lógica como un conjunto integrado. Estas excepciones son la válvula de escape que permite validar y legitimar el paradigma legal, y al mismo tiempo, no atente contra su propia naturaleza, cayendo en absolutos o absurdos. Por lo que las excepciones brindan una oportunidad de generar decisiones ante casos difíciles, concluyendo con una sentencia más apegada a la justicia.
Las excepciones provienen de diferentes locaciones, como son las contenidas en la misma norma, las que se crean de los precedentes judiciales, y las que exponen y materializan los operadores jurídicos en su labor cotidiana. También se pudiera hablar de una fuente alterna, como sucede en la ponderación de derechos, que en el supuesto de colisión de derechos se deba preferir tutelar el de interés público.
De esta forma, la presente obra expone diversos escenarios en que las excepciones demuestran la importancia y validez de su existencia, y ofrecen una alternativa para la resolución de un conflicto, pero, sobre todo, que el sistema de justicia se renueve con esta clase de problemas jurídicos. Con ambos lados de la balanza, se analiza el deber del cumplimiento de la norma y, por otro lado, las excepciones que permiten proteger un bien jurídicamente tutelado (que lógicamente es superior a la ejecución estricta de un reglamento o de alguna ley).
El objetivo es encontrar un espacio para la filosofía y la justicia, en el que la normatividad aplicada y entendida de manera estricta podría producir injusticias, y demostrar que hay casos en los que la excepción es la mejor forma de finalizar la razonabilidad de ésta, dependiendo del contexto y las circunstancias.
Esta obra académica muestra un trabajo que se basa en el ejercicio práctico de las leyes, que es donde se ejercen las acciones y excepciones que van permitiendo mejorar la norma y adecuarla no solo al contexto legal, sino más bien, a las necesidades sociales y de los justiciables.