El Doctor Víctor Hernández-Mendible ha escrito una obra excelente sobre la Convención Americana sobre Derechos Humanos en su cincuentenario. Tan brillante aportación nos recuerda que, desde 1969 hasta hoy, el idealismo convencional ha inspirado admirables evoluciones de los ordenamientos de muchos países. Los avances derivados de la convencionalidad han servido para mejorar las garantías y realizar el principio pro nomine, de profunda raíz humanista.
Un Derecho administrativo sometido al control de convencionalidad es. por muchas razones, mejor que aquel sólo sujeto a los tests de constitucionalidad. Al fin, las normas fundamentales mantienen una impronta nacional, marcados por sesgos históricos y desequilibrios. El enfoque externo y universal en materia de derechos humanos es una salvaguarda de su mejor versión, la incontaminada por los intereses locales.