No se trata de un utillaje propio de áreas específicas del sistema legal: no refiere a temas propios del derecho de contratos o del derecho penal o del constitucional. Trata de ideas aptas para su aplicación a dichos tres ámbitos, pero que también pueden valer para tantos otros. La mayoría de los útiles que maneja proceden de disciplinas distintas al derecho, como la economía, la teoría de los juegos, la psicología cognitiva y las matemáticas. El libro espiga una serie de conceptos procedentes de dichos campos pero que se entrecruzan con una diversidad de tópicos jurídicos y que resultan útiles a la hora de pensar sobre toda suerte de cuestiones de naturaleza legal.
El libro se organiza en treinta y un capítulos agrupados en cinco partes. La primera trata de incentivos: los efectos que las decisiones de naturaleza jurídica tienen sobre las elecciones que la gente acaba tomando. La segunda trata de la confianza, la cooperación y demás problemas que afloran cuando los individuos nos ponemos a trabajar juntos o en grupo. La tercera parte elabora sobre algunos tópicos escogidos de entre la jurisprudencia: presenta una seria de recursos clásicos en la reflexión sobre el modo en que los tribunales de justicia adoptan sus decisiones: normas y estándares, pendientes resbaladizas y otros. La cuarta, que versa sobre psicología cognitiva, discurre sobre la conducta a veces irracional de la gente –“cuasi-racional”, como diría Richard Thaler– y sus implicaciones para el derecho. Termina con una parte última relativa a diversas formas de analizar determinados problemas que conciernen a una pluralidad de cuestiones jurídicas distintas.