La inmensa mayoría de los encuentros entre la policía y la ciudadanía son placenteros y satisfactorios para ambas partes, tal como demuestran los resultados de las encuestas existentes en estos momentos. Sin embargo, cuando algunos de esos encuentros, a causa de los múltiples factores que pueden incidir en ellos, se complican y se acaba utilizando algún tipo de fuerza por una o ambas partes las controversias que se originan pueden tener consecuencias notables de cara a la opinión pública y para las relaciones de la policía con el público, relaciones vitales para la legitimidad policial en un estado democrático.
Las discusiones en relación a estos desencuentros suelen ser muy viscerales y adolecen de fundamentos sólidos. De hecho, no hay en nuestro contexto estudios solventes sobre los factores que inciden en la aparición de tensión en los encuentros entre la policía y los miembros del público. Es necesario, por tanto, identificar tan detalladamente como se pueda los factores, personales, sociales, culturales y contextuales, que pueden influir en la actitud y la conducta tanto de la policía como de los ciudadanos con los que interactúan. Este libro pretende ser un primer intento tanto de identificar con alguna precisión los factores más relevantes, así como de determinar algunos criterios a seguir para una buena gestión de estos encuentros, de manera que el número de ellos que son satisfactorios aumenten y los que resultan conflictivos reduzcan los niveles de tensión y de violencia. Con esta finalidad la obra pasa revista a toda la literatura criminológica existente al respecto, que no es precisamente poca, que también incluye experiencias de gestión que han mostrado algunos efectos positivos.
En todo caso, al acabar la lectura de la obra, el lector ha de poder visibilizar un escenario claro tanto de los actores y sus características como de las causas que facilitan el buen o el mal desarrollo de los encuentros de la policía y el público, de manera que esté en condiciones de analizar nuevos incidentes entre ciudadanos y policía a la luz de parámetros menos pasionales y más empíricos a fin de discernir si hubo una gestión adecuada de la situación o, si por el contrario, no se tuvieron en cuenta factores relevantes o no se utilizaron recursos que estaban disponibles. El ámbito material es muy extenso, casi infinito y, por tanto, aquí únicamente se lleva a cabo un primer estado de la cuestión, que, eso sí, ya pueda orientar a los operadores de policía y de seguridad sobre cómo mejorar la gestión y que también sirva de punto de partida a nuevas investigaciones empíricas que profundicen sobre las diversas problemáticas descritas en este trabajo y nos mejoren la información disponible para su gestión.