Los coordinadores de este libro, Derechos humanos y Constitución, creemos que los lectores van a encontrar en él algo distinto de las exégesis del articulado constitucional en materia de derechos fundamentales que se escribirán al albur de este 40 aniversario de la Constitución española de 1978.
Los autores, en su mayoría miembros de los dos Institutos de derechos humanos de universidades públicas que existen en nuestro país (el Instituto Bartolomé de las Casas de la Universidad Carlos III y el Instituto de derechos humanos de la Universitat de València), no han querido seguir el habitual (y, sin duda, útil) camino de la glosa, enriquecida con las referencias a debates y derecho y jurisprudencia comparadas, propio de los manuales al uso.
Todos los que aquí escriben coinciden por así decirlo (dentro de un abanico de considerable pluralidad ideológica) en una tesis de partida: la convicción de que jamás en la historia de nuestro país hemos contado con un período semejante de reconocimiento de derechos humanos y constitucionales. Pero son conscientes también de que eso no significa, ni de lejos, confundir ese juicio con la creencia de que habitamos en la mejor de las Constituciones posibles, desde el punto de vista del reconocimiento y garantía de los derechos.
Es decir, son, somos conscientes de que el motor que explicara Jhering, la «lucha por el Derecho», entendido en clave de «lucha por los derechos» exige entender esa paideia propia de los profesores de nuestros Institutos como una tarea de permanente revisión. Y por eso proponen, proponemos, una lectura de esos derechos sobre todo en clave de futuro, como programa a desarrollar, como propuesta inacabada, en permanente adaptación al contexto, a las necesidades concretas y reales, que cambian e incluso surgen de forma no prevista, y exigen hablar también de derechos que no están suficientemente considerados en el texto constitucional y aun de nuevos derechos.
