Este libro quiere poner a disposición del lector una reflexión en voz alta sobre los feminismos del siglo XXI y su relación tanto con el constitucionalismo como movimiento jurídico-político como con la Constitución como norma. En definitiva, pretende explorar la posibilidad de un constitucionalismo feminista, si aceptamos el término aunque sólo sea por mor del argumento, y realizar una análisis reposado pero crítico sobre las fortalezas y debilidades que presenta.
La tesis central de partida se confirma en diversas partes de la investigación y reside en un hecho palmario: si el feminismo se deja llevar por la corriente identitaria, reaccionaria y cerval que está tan en boga en la actualidad, es posible no sólo que el trabajo anti-discriminatorio se quede por hacer sino que la propia Constitución se resienta ante las embestida que pretenden eludirla, neutralizarla o incluso desguazarla. En cambio, si el feminismo se deja imbuir por la corriente ilustrada y liberal –origen del mejor feminismo y del propio pacto constitucional- es probable que haya motivos para la esperanza y que se puedan tumbar algunas discriminaciones odiosas que perviven en nuestras sociedades sin hipotecar ni destruir la libertad y el Estado de Derecho, fundamentos de todo sistema constitucional que se precie.